La caída del cabello es un proceso natural. A diario los cabellos se caen, renovándose con la salida de otros más fuertes y sanos. Sin embargo, hay ocasiones en las que el cabello se encuentra debilitado y comienza a caerse, formándose unos más finos que desembocan en el cierre definitivo del folículo piloso. El origen de la caída del cabello puede deberse en muchas ocasiones a una mala alimentación, cambios hormonales, tratamientos médicos u otro tipo de factores que influyen de forma desastrosa. No obstante, también es posible hacerle frente y paralizarla utilizando específicamente productos para la caída del cabello y cambiando los hábitos de vida diaria mediante pequeñas y efectivas acciones.
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1. Tomar vitaminas
Conforme se va cumpliendo años es más que habitual prescindir de la ingesta de determinadas vitaminas, necesarias para el buen funcionamiento del organismo al llevar una alimentación poco adecuada. Para frenar la caída y ayudar a revitalizar el cabello, la vitamina A será el principal aliado en estos casos. Esta es un antioxidante que facilita la estimulación de la glándula sebácea en el cuero cabelludo. También será de gran ayuda tomar vitamina B y E, pues la primera de ella contribuye a la producción de melanina y a la estimulación de la sangre mientras que la segunda mantiene los folículos capilares activos y en perfecto estado.
2. Cuidar la alimentación
La alimentación es un factor clave para mantener una salud óptima, pero también influye de forma directa en la vida del cabello. Una mala dieta tiende a potenciar en la mayoría de los casos la pérdida de pelo, por lo que es de vital importancia cuidar los alimentos que se consumen a diario con el fin de adquirir todas las vitaminas y nutrientes que se necesitan. En el caso de sufrir caída del cabello, es recomendable aumentar la ingesta de frutas, verduras, legumbres y frutos secos que incrementan la producción de colágeno, queratina y otras sustancias imprescindibles para la salud capilar. Los alimentos ricos en proteínas que contengan vitamina B12 serán de gran ayuda.
3. Masajear el cuero cabelludo
Dentro de las numerosas medidas que pueden tomarse para evitar o frenar la caída del cabello, los remedios naturales están a la orden del día. De hecho, desde la tranquilidad del hogar es posible llevar a cabo uno de los más sencillos: masajearse el cuero cabelludo. Al parecer, un masaje diario incrementa la circulación sanguínea a los folículos pilosos y fortalece las raíces del cabello, siendo un procedimiento realmente útil para combatir la alopecia o pérdida de cabello. Estos masajes pueden realizarse aplicando un aceite esencial como el de coco, el de almendras o el de romero.
4. Controlar las emociones
Los diversos cambios emocionales y los problemas hormonales son uno de los principales causantes de las continuas pérdidas de cabello. Aquellos que más afectan son el estrés, la ansiedad o los nervios como consecuencia de alguna situación complicada. En la mayoría de las ocasiones no es necesario ningún tratamiento ya que tienden a desaparecer cuando el problema se resuelve. Sin embargo, practicar ejercicio físico como natación, yoga, ciclismo o simplemente ir a andar y a correr ayuda a reducir considerablemente el nivel de estas emociones. De esta forma, se conseguirá salvar el cabello en un menor tiempo.
5. Mimar el cabello
A lo largo del año, es de vital importancia mimar el cabello aportándole todo tipo de cuidados adaptando estos a las diferentes estaciones del año. Para evitar roturas durante el cepillado del cabello, será imprescindible peinarlo con suavidad y sin dar tirones para que este no se dañe. Una buena opción es recurrir a mascarillas adecuadas al tipo de pelo que lo refuercen, combinada con un champú neutro también adaptado. Este proceso se hace indispensable en verano y en invierno, cuando el cabello sufre más por las inclemencias del tiempo. Por otra parte, cortarse el pelo cada dos o tres meses permitirá mantenerlo lo más saludable posible.
6. No abusar del secador
El calor es otro de los factores que más daño puede hacer al cabello, debilitándolo y propiciando su rotura y posterior caída. Al debilitar las proteínas existentes en el cabello se produce daño en la raíz del cuero cabelludo provocando la fragilidad del mismo. Lo más aconsejable en estos casos es prescindir del uso de secadores, rizadores y planchas de pelo optando por formas más naturales de transformar el cabello. Dejar secar el pelo al aire traerá muchos más beneficios a largo plazo, aunque si se necesita usar alguno de estos aparatos lo más recomendable es ajustarlo en una temperatura baja y, en el caso del secador, mantenerlo a una distancia prudente.
7. Evitar dormir con el pelo mojado
Aunque se recomienda dejar secar el cabello al natural, a la hora de ir a dormir este debe encontrarse completamente seco pues, el simple hecho de acostarse con el pelo mojado puede dar lugar a la aparición de patógenos en el cabello y a una falta de oxigenación. Todo esto influye notablemente en el debilitamiento del cabello. Asimismo, dormir con el pelo recogido tampoco es una buena idea. La presión de las gomas u horquillas en colas, moños o trenzas durante la noche impide, del mismo modo, la transpiración y oxigenación del pelo debilitándolo y provocando su caída en mayor cantidad.