Tener descendencia es el deseo de la mayoría de las personas que unen sus vidas en pro de formar nuevas familias. El asunto es que no todas tienen las capacidades biológicas para conseguirlo y recurrir a la gestación subrogada puede ser el camino para establecerse como padres reales bajo ciertas condiciones.
La gestación subrogada ha sido conocida popularmente como el vientre en alquiler y consiste en que una mujer (llamada gestante) cumple con el proceso normal de un embarazo, pero cuyo hijo será dado a otros padres. Es decir, la función de la gestante consiste en permitir que el bebé se desarrolle dentro de su vientre, pero no es quien asumirá su cuidado y manutención.
Si no existen impedimentos de parte de los óvulos y espermatozoides de la madre y el padre intencional (que son los que solicitan el servicio), el bebé podría nacer con toda su carga genética, a propósito de que este embarazo no se genera por un método natural sino científico a través de la fecundación in vitro.
En materiales como el que se expone en https://gestacionsubrogada.online/ se evidencia que existen países donde todavía este tipo de procedimientos no están establecidos dentro de la normativa legal vigente de muchos países, por lo que su práctica solo podrá adelantarse en territorios extranjeros. Es el caso de España, donde según lo establecido en la Ley de Técnicas de Reproducción Humana Asistida, se hace ilegal esta forma de dar vida.
Aún cuando el acto podría parecer libre de cualquier tipo de acción negativa, pues la gestante siempre está en disposición de dar su aprobación al procedimiento, es un acto que es mal visto desde muchas perspectivas, bien sea por el intercambio comercial que se produce (pues se lleva a cabo tras la firma de un contrato) o, en los casos más religiosos, por alterar el patrón de vida natural para concebir.
La defensa a la gestación subrogada
A pesar de que se piensa que esta es una práctica que llevará a que las mujeres de los sectores más vulnerables de la población se vean sometidas a una práctica inhumana, donde se les considera poco más que un laboratorio móvil, la realidad ha llevado a demostrar que es una oportunidad para aquellos que no tienen las posibilidades de construir su propia familia.
Ya desde hace muchos años la gestación subrogada (aún sin ese nombre) era permitida, puede que como un acto de sometimiento ante los esclavos de una familia pudiente o como un mero acto de fraternidad entre mujeres cercanas.
El caso es que los avances tecnológicos en esta materia están permitiendo que este sea un proceso cada vez más frecuente entre esa pequeña parte de la población que no han tenido la dicha de concebir por sus propios medios, dando la oportunidad de establecer una buena familia.
Existen casos muy sonados dentro de la farándula mundial de parejas heterosexuales y homosexuales que han visto en este método de reproducción el sistema acorde para llegar a cumplir sus sueños de cuidar y proteger a sus descendientes. Tal es el caso de Ricky Martin, Sarah Jessica Parker o Miguel Bosé.
Lo cierto es que hay muy altas posibilidades de que este sea un tema de discusión durante mucho tiempo en los diferentes círculos sociales, pues por siempre existirán opiniones de personas a las que les parezca que la vida no debe verse como un acto tan “automático”, pero a sabiendas de que los problemas de infertilidad son reales y comprobables, no existe razón para negar a que otros tengan la dicha que quizás ya ellos han tenido.
La gestación subrogada es un acto de vida, de amor, de entrega, no se trabaja ni se debería trabajar bajo un concepto mecánico, pues aunque la gestante reciba un beneficio económico, no hay razón para condenarla, está en su pleno derecho, mientras no se trate de un acto motivado por amenazas o aprovechamiento de parte de los que tienen más recursos.