A veces comemos no por tener hambre, sino porque nos dejamos llevar por las emociones. A esto se le conoce como alimentación emocional.
Hay personas que en ocasiones sienten la necesidad de comer. En realidad no tienen hambre, solo es llenar un hueco, un vacío o por obtener un sentimiento de placer. A esto se le llama alimentación emocional y puede afectar a cualquier persona.
Hoy, más que nunca, la gente está concienciada de la importancia de llevar una dieta saludable y practicar ejercicio para tener salud y calidad de vida. A pesar de eso, la obesidad se ha convertido en un problema importante en los últimos años.
La comida basura se lleva mucho protagonismo. Es rápido, barato y suele gustar mucho el sabor a la gente que recurre a ella en momentos en los que se está con los amigos, se sienten tristes o se tiene poco tiempo para comer durante el tiempo que se dedica al trabajo.
Todo esto hace que la obesidad cobre mucha más relevancia porque son alimentos que no aportan nutrientes válidos para tener un buen estado de salud.
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La comida nos hace sentir mejor
Aunque no todo el mundo entiende este concepto, la nutrición tiene una parte psicológica, puedes encontrar más información en esta página web. Esto resulta muy interesante y es que, a veces, comemos para sentirnos mejor. La comida despierta en nosotros un sentimiento de mejoría, de felicidad y es lo que se busca en momentos en los que uno pueda estar deprimido o triste.
Esto es fácil de entender con una pequeña prueba y se puede ver en todas las películas y series que hay en el cine y televisión. Cuando a alguien le abandonan o se siente triste y deprimido, lo primero que hace es ir directamente a la nevera y coger un helado o cualquier comida que haya.
Y es que comer nos produce sensación de placer y satisfacción, es como una especie de recompensa. Lo malo es que siempre se escoge la comida basura o los caprichos dulces en lugar de los alimentos que están dentro de lo que se considera nutrición saludable. Esto termina por hacer que la persona engorde.
Comer para sentirse bien causa el efecto contrario
A pesar de que en un primer momento el sentimiento negativo pasa a ser positivo, puede que uno se sienta mejor, pero esa sensación de bienestar no es duradera. Al final, el estado anímico deprimido vuelve a aparecer porque, al comer, no estamos consiguiendo realmente sentirnos bien, sino tapar el agujero que nos hace sentir mal.
Tras un momento de euforia los sentimientos negativos vuelven a aflorar y lo único que se ha conseguido es ponerse algo más de peso.
Hay personas que llegan a sentirse aún peor tras darse un atracón de comida porque saben que no han hecho lo correcto y se junta el malestar por haber comido de más, con la depresión que ya arrastraban. Esto no es una manera de salir de esa tristeza.
Como puede ayudar el psicólogo
Para acabar con esos sentimientos, si se puede hacer con una alimentación sana. Las enfermedades como la tristeza o la angustia se pueden evitar llevando una alimentación sana y contando con la ayuda de unos buenos psicólogos como Integra psicologia.
El trabajo del psicólogo es ayudar a la persona a hacer un cambio en su conducta alimenticia y de hábitos de vida. Este profesional ayudará a que el paciente se enfrente a sus sentimientos negativos que le hacen tener la necesidad de comer para conseguir hacer un cambio en su vida y conseguir que la comida no sea tan solo un premio para aumentar la autoestima.
También le dará las herramientas necesarias para que aprenda a combatir aquello que pueda causar angustia o estrés y que le lleva a buscar en la comida poco sana la solución para relajarse.