Los trastornos del sueño en niños son un problema bastante más común de lo que nos gustaría. Se trata de algo importante que tener en cuenta pues, según recientes estudios, cerca del 25 al 30% de las visitas al pediatra están relacionadas de uno u otro modo con este desorden. Pero ¿qué son los trastornos del sueño?
Se trata de un problema que implica la incapacidad del niño para dormir, quedarse dormido en momentos inadecuados o tener demasiado sueño. Aunque todos estos patrones del sueño pueden resultar molestos, sobre todo para los padres, no todos significan que exista un trastorno del sueño. El trastorno del sueño existe cuando realmente se produce una alteración de la función fisiológica del sueño que puede dar lugar una disminución de la calidad positiva del sueño del niño, tanto a nivel psicológico como físico del niño.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que las necesidades del sueño varían en función de la edad. Por ejemplo, un recién nacido necesita unas 16 horas de sueño al día, repartidas en episodios de alrededor de cuatro horas. Entre los cinco y los diez años, las necesidades de sueño disminuyen a las 10 horas diarias, mientras que, en la adolescencia, esta necesidad disminuye hasta las ocho horas. Es importante saber detectar a tiempo este problema, la alteración del sueño infantil, a fin de ponerle solución. Para ello, será necesario prestar atención a los distintos síntomas derivados del mismo.
Contenidos
Síntomas físicos:
– Somnolencia diurna
– Inquietud o hiperactividad
– Cansancio y/o agotamiento
– Despertares nocturnos frecuente o dificultad para conciliar el sueño
Síntomas cognitivos:
– Bajo redimiento escolar
– Tristeza
– Inestabilidad emocional
– Bajo rendimiento escolar
Síntomas conductuales:
– Hiperactividad
– Irritabilidad
– Agresividad
– Alteraciones en la alimentación
– Sonambulismo
Si detectamos que algunos de estos síntomas pudieran estar sucediendo a causa de un posible trastorno del sueño, es muy importante acudir a un especialista. Resulta fundamental realizar una correcta evaluación con su correspondiente diagnóstico diferencial por parte de un especialista. Basándose en cada etapa del desarrollo para poder arrojar luz acerca de las causas que están provocando este trastorno. Algunas de ellas pueden ser las enfermedades crónicas como diabetes o asma, también podría deberse a la ingesta de cualquier tipo de medicamento que derive en ese trastorno del sueño como antibióticos o broncodilatadores, algunos de estos trastornos vienen derivados por diversas causas médicas como problemas dentales, gastroenteritis o diversas alergias.
Algunas de las cosas que podemos hacer para tratar de corregir este problema:
– Tomar medidas en cuanto a la higiene del sueño se refiere. Esto se realiza estableciendo un horario regular para irse a dormir, así como para despertarse. Y no exceder los 45 minutos de siesta, en caso de que fuera necesaria
– Tomar medidas higiénico dietéticas para favorecer el sueño. Evitando la cafeína seis horas antes de acostarse, por ejemplo, de los refrescos que la contengan. Así como evitar alimentos pesados y azucarados, cuatro horas antes de irse a acostar.
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