Así afecta la fructosa a nuestra salud

La fructosa es un tipo de azúcar que se encuentra de forma natural en muchas frutas y verduras, así como en muchos alimentos procesados. Siendo un carbohidrato, la fructosa se descompone en glucosa y representa una importante fuente de energía para que el organismo humano pueda cumplir sus funciones.

No obstante, el consumo excesivo de fructosa también puede tener efectos negativos en la salud de las personas. En primera instancia, puede promover el desarrollo de resistencia a la insulina, favorecer el aumento de peso  e incrementar el riesgo de padecer enfermedades crónicas como la diabetes y el hígado graso.

A continuación, analizaremos en detalle las consecuencias de incluir demasiada fructosa en nuestra dieta.

Incrementa el riesgo de desarrollar obesidad

Consumir fructosa de forma excesiva puede conducir a un aumento en la distribución de grasa corporal en el cuerpo, contribuyendo al desarrollo de la obesidad. La fructosa se convierte en grasa más fácilmente que otros tipos de azúcares, pues es metabolizada en el hígado.

Enfermedad del hígado graso no alcohólico

Lo que ocurre es que el hígado metaboliza la fructosa de una forma similar a como lo hace con el alcohol. De este modo, el exceso de fructosa puede llegar a acumularse en el hígado y ocasionar daño hepático, lo que se conoce como hígado graso no alcohólico que puede derivar en diversas complicaciones hepáticas, entre ellas la cirrosis.

Eleva el riesgo de padecer enfermedades cardiacas

También puede elevar considerablemente el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a su capacidad de elevar los niveles de triglicéridos en sangre y disminuir los niveles de colesterol bueno (HDL), eventos que aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas y vasculares.

Genera resistencia a la insulina 

Finalmente, puede causar resistencia a la insulina, lo que significa que el cuerpo experimenta dificultad para utilizar la glucosa como fuente de energía y controlar los niveles de azúcar disponibles en sangre, haciendo que esta se acumule. Por esto, se suele asociar con la diabetes tipo 2 y otras enfermedades metabólicas.

Consideraciones sobre el consumo de fructosa

Es conveniente mencionar que los dulces procesados son el tipo de alimento que posee la mayor cantidad de fructosa. Considerando lo anterior, es posible analizar una dieta y realizar algunos cambios para mejorarla, incluyendo lo siguiente:

  • Limitar el consumo de alimentos procesados, los cuales contienen altas cantidades de fructosa añadida. Antes de realizar la compra de un alimento o bebida, se deben leer las etiquetas para conocer su composición.
  • Consumir mayor cantidad de frutas y verduras frescas, pues estas contienen fructosa natural, fibra, vitaminas y otros nutrientes importantes.
  • Evitar los alimentos procesados endulzados con jarabe de maíz.
  • Si eliminar el consumo de azúcares produce ansiedad, es posible optar por los edulcorantes naturales, como la miel, que es una alternativa más saludable al consumo de edulcorantes artificiales.
  • Cocinar en casa. De esta forma se puede controlar con exactitud los ingredientes y la cantidad de fructosa que se consume en la dieta.

Finalmente, si te preocupa excederte en el consumo de fructosa, consulta sobre el tema con un profesional de la salud.

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