Los cítricos, como las naranjas, los limones, las mandarinas, las limas y los pomelos son algunas de las frutas más cultivadas en todo el mundo. Si los valoramos desde el punto de vista nutricional, son fuente de vitaminas (vitamina C y vitamina A, principalmente), ácido fólico, minerales (como el potasio, que tiene un ligero efecto diurético) y antioxidantes. Los cítricos son grandes aliados alimenticios y aportan pocas calorías, nos proporcionan muchos nutrientes esenciales y no engordan, principales motivos por los que la Organización Mundial de la Salud recomienda consumirlos a diario.
Las frutas cítricas le proporcionan al organismo una alta inmunidad contra los virus y los patógenos que abundan especialmente durante la temporada de invierno. Aunque la vitamina C de los cítricos no vaya a curarte una gripe, sí es útil tanto para prevenirla como para aliviar los síntomas, una vez contraída, y acortar su duración si se complementa con una dieta equilibrada y una ingesta abundante de líquidos.
Los expertos recomiendan el consumo de cítricos durante todo el año y no limitarla a los meses de invierno, ya que es conveniente gozar de sus beneficios haga frío o calor. En primavera, por ejemplo, los alimentos ricos en vitamina C poseen efectos antihistamínicos. Las sales minerales que contienen los cítricos, por su parte, ayudan a desintoxicar el organismo de las sustancias nocivas. Para los deportistas, son grandes reconstituyentes pues nos ofrecen una buena cantidad de azúcar combinada con agua y un poco de sal, mucho mejor y más nutritiva que cualquier bebida isotónica comercial.
Pero a pesar de los númerosos estudios que se han llevado a cabo, a pesar de toda la información que tenemos al respecto, y pese a sus muchas propiedades saludables, el consumo de frutas, entre las que incluimos a los cítricos de los que hablamos en este artículo, sigue siendo muy escaso. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud “la ingesta insuficiente de frutas y verduras es uno de los diez factores principales de riesgo de mortalidad a escala global”.
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Los bioflavonoides cítricos
Los bioflavonoides cítricos o con vitamina C se conocen como vitamina P, flavonoides cítricos o como citroflavonoides. Se trata de sustancias vegetales no nitrogenadas que se pueden encontrar en la mayoría de las frutas cítricas y, aunque no son estrictamente necesarias para la vida, sí que ayudan a mejorar notablemente la salud de aquellos que las ingieren.
En la naturaleza se pueden encontrar más de 600 bioflavonoides, pero los que podemos localizar y consumir principalmente en las frutas cítricas son rutina, quercetina, hesperidina, nobiletina, diosmetina, neohesperidina, narirutina, tangeretina y naringina. Estas sustancias, como decimos, se pueden encontrar prácticamente en todas las frutas cítricas, pero su cantidad y concentración variará considerablemente de una fruta a otra.
¿Para qué sirven los bioflavonoides cítricos?
El primero de los beneficios que vamos a destacar es su función fortalecedora de las paredes de los vasos sanguíneos, aportándoles flexibilidad y combatiendo las enfermedades a las que se tienen que enfrentar los vasos sanguíneos y el sistema linfático.
En segundo lugar, su poder antioxidante ayuda a prevenir los efectos negativos de los radicales libres, previniendo la oxidación de los vasos sanguíneos y fomentando la correcta absorción de la vitamina C.
El consumo de los bioflavonoides cítricos ayuda a disminuir el sangrado de las hemorroides y a las personas con tendencia a los sangrados nasales, reduce notablemente el colesterol y ayuda eficazmente a bajar la presión sanguínea.
Los bioflavonoides cítricos controlan la inflamación y las infecciones y están especialmente indicados para el tratamiento de la inflamación asmática.
Algunos estudios afirman que la ingesta de estos productos tiene diversos beneficios sobre ciertas patologías que sufren los diabéticos y también se han apreciado reacciones positivas en las personas alérgicas.
En enfermedades como el cáncer, los bioflavonoides cítricos ejercen una buena labor preventiva gracias a sus propiedades antioxidantes manteniendo equilibrados los niveles de colágeno, y elimina el exceso de cobre del organismo.
Para los jóvenes y adolescentes, su consumo es muy apropiado para inhibir la producción de sebo y, por tanto, actuar directamente sobre el acné. También es un potente cicatrizador de heridas, desde tiempos antiguos las heridas han sanado aplicando la parte blanca de la piel de los cítricos directamente sobre las heridas o formando parte de emplastos.
En cuanto a la dosis a tomar de forma natural, no se han calculado un límite claro en dosis máximas por no tener efectos secundarios, y porque además en caso de exceso se elimina a través de la orina o el sudor. Cuando se consumen en forma de complementos alimenticios, se suele ingerir una cantidad de 1000 mg diarios. Los bioflavonoides cítricos más empleados en estos compuestos son la diosmina y la hesperidina.