El ejercicio regular en pacientes que tienen o han padecido cáncer de mama tiene una clara incidencia positiva sobre su calidad de vida. Según sugiere un estudio presentado en la Cuarta Conferencia Internacional de Consenso sobre Cáncer de Mama (ABC 4), el ejercicio físico moderado contrarresta los efectos secundarios del tratamiento, reduciendo la fatiga y los dolores. La investigación sugiere que las mujeres afectadas por cáncer de mama avanzado llegaron a beneficiarse de una rutina de ejercicio planificada a la medida de sus necesidades, ayudándolas a disminuir los dolores y mejorar su calidad de vida. Para conocer más en profundidad la tabla de ejercicios recomendados, haz clic en el siguiente enlace: Cáncer de mama: ejercicio físico y estiramientos.
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¿Cuáles son los beneficios del ejercicio físico en el cáncer de mama?
El estudio anteriormente mencionado fue dirigido por Eduardo Oliveira, docente de Fisiología del Ejercicio en la Universidad de Oporto, Portugal. Durante un seguimiento a 15 mujeres con edades comprendidas entre 34 y 68 años, quienes recibían tratamiento para cáncer de mama metastásico, se observaron los siguientes resultados al incluir ejercicio dos veces por semana.
Aumento de la capacidad cardiovascular
Se produjo un incremento de la cantidad de oxígeno que su cuerpo utilizaba. En promedio, VO2max del 12,3 % frente al 2,7 % notado en el grupo de control. Esto implica que su cuerpo se comportó de forma más eficiente al transportar oxígeno a todos los músculos y mejoró la capacidad del corazón para bombear sangre.
Mejora el drenaje linfático
Se potencia el drenaje linfático al activar el mecanismo biológico que sirve como intermediario en el cambio nutritivo entre la sangre y los tejidos. El sistema linfático forma parte del sistema inmunitario del cuerpo humano, por tanto, la cantidad de linfa en el organismo y su correcta circulación es prioritaria para defender el organismo de infecciones.
Previene la debilidad muscular
El ejercicio dos veces por semana mantiene en buenas condiciones los tejidos conectivos y previene el acortamiento de los músculos, algo que suele ocurrir en personas sedentarias o que tienen la necesidad de inmovilizarse después de una cirugía. En general, mantener el tono muscular es adecuado para desenvolverse en la vida diaria con un buen rango de movimiento.
Reduce el dolor y la fatiga
La sensación de cansancio permanente y el dolor son constantes en pacientes con cáncer de mama, pero las mujeres participantes en el estudio y que seguían una rutina de ejercicio, manifestaron una reducción del 21,4% de media en el dolor que experimentaban en comparación con la reducción del 2,6% indicada por aquellas que no realizaban ninguna actividad física.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) concuerdan con el planteamiento de que la actividad física moderada tiene influencia positiva en pacientes con cáncer. El director general de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, recomienda un mínimo de 75 minutos de ejercicio vigoroso cada semana, incluso para pacientes con enfermedades crónicas o discapacidades.
Igualmente, desde la American Cancer Society recomiendan que pacientes oncológicos destinen, al menos, 150 min semanales al ejercicio, siempre que sea posible según su estado clínico.