La gran mayoría de las personas lucha contra el sobrepeso realizando cambios estrictos en su estilo de vida, alimentación y siguiendo programas específicos de ejercicio físico. A pesar de ello, existen casos en que el paciente no logra alcanzar su objetivo y el médico tratante recomendará la realización de una manga gástrica, un tipo de cirugía bariátrica destinada a reducir el tamaño del estómago.
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¿Qué es una manga gástrica?
La manga gástrica es una cirugía restrictiva cuyo objetivo es la reducción del tamaño del estómago y ayudar al paciente a bajar de peso. Esta operación consiste en dividir el estómago en dos de forma vertical, para posteriormente extraer más del 85% de la cavidad gástrica, lo cual deriva en la disminución del apetito en el paciente y conduce a la pérdida de peso.
Esta técnica se realiza utilizando anestesia general, mediante un procedimiento que puede durar aproximadamente una hora. Tras la cirugía, el paciente tendrá que permanecer en observación durante un período de 2 a 3 días y, gracias a las técnicas modernas, la recuperación es bastante rápida y las molestias relativamente mínimas.
¿Quiénes son los candidatos ideales para este procedimiento?
El perfil del paciente al cual le conviene someterse a una cirugía de manga gástrica será una persona de entre 18 y 65 años, que presente un IMC 40 o superior. Si posee un IMC inferior (entre 35 y 39), debe presentar alguna condición médica relacionada con la obesidad, como es el caso de la apnea del sueño, hipertensión o diabetes.
Además, los candidatos deben estar dispuestos a asumir un cambio integral en su rutina alimenticia y estilo de vida, incluyendo ejercicio físico en intensidad moderada con una frecuencia de al menos 3 días a la semana.
Beneficios de la manga gástrica
Se trata de una forma eficiente y segura de perder peso. Igualmente, considerando una serie de factores, resulta más conveniente que otras cirugías bariátricas actuales. Algunos de los beneficios de la manga gástrica serían:
- No implica el uso de material prostético y no requiere mantenimiento quirúrgico, tal como sí ocurre con el balón gástrico y la banda gástrica.
- Se trata de una técnica mínimamente invasiva, con la cual se consigue reducir el tamaño del estómago sin alterar las funciones del aparato digestivo.
- El paciente logra perder entre el 60-70% del exceso de peso que tenía acumulado antes de la cirugía.
- Al extirpar el 85% del estómago se consigue una reducción en la producción de ghrelina, conocida como la hormona del hambre, disminuyendo considerablemente el apetito y alcanzando sensación de saciedad con porciones pequeñas de alimento.
En cuanto al proceso postoperatorio, la mayor parte de los pacientes logra conseguir una recuperación rápida y libre de complicaciones. Suele llevar una media de tres semanas de reposo y después de este tiempo la persona puede regresar a sus actividades cotidianas, pero se tardará varias semanas en volver a comer alimentos con normalidad.
La alimentación durante las primeras semanas consiste en la ingesta de batidos alimenticios altos en proteínas, luego se comienza comiendo alimentos en forma de papilla hasta finalmente hacer la transición a alimentos sólidos. Todo el procedimiento estará bajo vigilancia de un nutricionista profesional, el cual se encargará de diseñar una dieta saludable, equilibrada y personalizada para cada caso.