Aunque ambas situaciones precisan de una posterior operación de cadera, la relación entre la caída al suelo y la rotura de cadera es un tema que suscita un gran interés en el ámbito médico, especialmente cuando ambos sucesos ocurren en personas de edad avanzada.
Y es que no hace tantos años que se descubrió que muchas de las roturas de cadera en personas mayores no eran la consecuencia de una caída, sino exactamente al revés.
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Mecanismo de caída y rotura de cadera
Tradicionalmente, se ha entendido que las caídas son la principal causa de fracturas de cadera en los ancianos. Y es que, en personas mayores, una simple caída desde un asiento bajo puede generar una fuerza suficiente para causar una fractura en una cadera debilitada por la osteoporosis.
En este sentido, los problemas de equilibrio, la debilidad muscular, el deterioro cognitivo y los trastornos de audición y/o visión son factores que incrementan muy notablemente el riesgo de caída y posterior fractura de cadera.
Rotura de cadera antes de la caída
Sin embargo, las evidencias médicas actuales apuntan a que, en muchos casos, la rotura de cadera es espontánea y ocurre justo antes de la caída.
Es decir, la persona mayor no se cae por falta de equilibrio o a causa de un tropezón, sino que es la falta de soporte en la cadera la que hace que, inevitablemente, dé con todos sus huesos en el suelo.
Es lo que se denominan fracturas de cadera patológicas, generalmente causadas por osteoporosis muy avanzadas: la fractura de cadera ocurre primero y es la pérdida súbita de apoyo la que provoca la caída.
Tratamiento de las fracturas de cadera
Independientemente de si la caída precede a la fractura o viceversa, el resultado es el mismo: una fractura de cadera es una circunstancia que requiere de atención médica urgente.
El tratamiento consiste en la colocación de una prótesis de cadera, mediante una intervención de cirugía abierta.
Posteriormente, es preciso un procedimiento de rehabilitación intensiva para recuperar la movilidad y funcionalidad.
Cuanto antes se inicie la rehabilitación, mayor será el grado de recuperación funcional y menor el plazo para lograrla.
Añadimos que en los casos en los que el estado previo de salud del paciente es muy delicado, la colocación de una prótesis de cadera se considera una opción de alto riesgo vital.
En esa situación y si es factible, el especialista puede decidir reparar la cadera dañada mediante la colocación de un clavo metálico biocompatible.
Se trata de una solución menos efectiva que la de la prótesis, pero la intervención entraña menos riesgos vitales, pese a que el periodo de recuperación funcional es considerablemente más largo y difícil.
Riesgos asociados y prevención
Tanto si la fractura de cadera se produce antes de la caída como si es al revés, el mayor riesgo asociado es que el anciano sufra un golpe en la cabeza que empeore sus condiciones cognitivas o, peor aún, tenga un resultado fatal.
De ahí la importancia de la prevención: las revisiones oculares, los controles auditivos, la fisioterapia de mejora de la movilidad, la terapia cognitiva y los tratamientos contra la osteoporosis son las mejores armas de prevención contra las roturas de cadera.