Son muchas las estructuras que hoy en día están construidas a base de hormigón. Este material, también conocido como concreto, es uno de los más utilizados en viviendas, pisos, locales y demás edificaciones encontradas a nuestro alrededor.
Una de sus principales características es su amplia resistente y durabilidad. No obstante, existen muchos casos en los que se deteriora, poniendo en peligro las estructuras. En estos casos se hace necesario contratar a empresas especializadas en la reparación de hormigón que ayuden a solucionar los posibles daños.
Pero, más allá de esto, siempre surge la duda de qué fue lo que causó el daño. Como sabemos que este tema te interesa hemos elaborado las causas más comunes que llevan al deterioro del hormigón. ¡Sigue leyendo y las conocerás!
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Retracción
Se trata de un efecto causado por una mala compactación del hormigón durante su preparación. Cabe estacar que los componentes de este material incluyen agua, piedras, cal o arena.
La retracción es fácil de determinar debido a que se muestra mediante una serie de fisuras en la estructura fabricada. Estas fisuras suelen aparecer con los días, aunque en muchos casos pueden alcanzar varios meses.
Efectos del agua
El agua es uno de los enemigos de las construcciones de hormigón, sobre todo cuando esta ataca de manera constante.
En el caso del agua salada o de mar, las sales de magnesio ayudan al deterioro periódico del hormigón, logrando que este comience a presentar fisuras. Si a ello se suma la acción del oleaje es posible que las estructuras se dañen con mayor facilidad.
Cuando se trata de agua dulce, es común que el daño no sea tan agresivo, aunque sí conlleva a un deterioro. Si hay fuentes de agua cercanas y estas tienen contacto directo con la estructura de manera de constante, la pérdida de la compactación es una consecuencia.
Los casos más comunes incluyen terrenos blandos, con filtraciones de agua o lugares en donde el hielo y deshielo afecta gravemente durante el cambio de temporada.
Daños por sulfatos
Los daños por sulfatos ocurren cuando alguno de los elementos que se utilizan para fabricar el hormigón viene con este tipo de sustancias.
El deterioro ocurrido es muy lento, a tal punto que los efectos pueden verse con el paso de meses o años, ya que comienza a actuar cuando el hormigón posee una estructura sólida. La presencia de los sulfatos ocasionan fisuras e incluso es posible que las construcciones comiencen a caerse por pedazos.
Los sulfatos actúan de forma expansiva, eliminando la cohesión alcanzada por el hormigón y destruyéndolo internamente.
Corrosión
Aunque parezca poco convencional, el hormigón también puede sufrir los efectos corrosivos de las estructuras metálicas que rodean y compactan.
La causa de este tipo de deterioro sucede por la presencia de cloruros, los cuales puede llegar hasta las estructuras metálicas a través de las sales provenientes del agua de mar. Si se mezcla esta con el oxígeno, el metal comienza a corroerse, alterando también al hormigón.
Las pérdidas originadas de este problema son gigantescas, ya que abarcan las estructuras que soportan toda la construcción.
Carbonatación
Es uno los problemas más comunes que conlleva al deterioro del hormigón. Sucede por acción del dióxido de carbono encontrado en la atmósfera, el cual se mezcla con el agua almacenada dentro de los poros de las estructuras.
Cuando la carbonatación comienza, el hormigón puede perder su alcalinidad y así evitar la protección de la estructura de metal. A la larga esto va generando efectos corrosivos que se traducen en fisuras, desprendimientos y pérdidas parciales o totales de cualquier construcción.