Se suele decir que somos lo que comemos, y al popular dicho no le falta razón. Nuestra alimentación es clave para nosotros, tanto cuando estamos en desarrollo como cuando ya no hay más que desarrollar. Define gran parte de la salud de nuestro organismo e incluso de nuestra mente porque, al final, es lo que nos da el combustible que hace que nuestro cuerpo funcione, y la calidad de este determinará el correcto funcionamiento de todo nuestro interior.
Los alimentos pasan por toda clase de procesos y pueden gozar de composiciones de lo más variopintas. Por eso, y por lo importante que es la alimentación para la salud, la industria alimentaria está en una evolución constante para garantizar la mayor seguridad posible de los alimentos. Sí, la preocupación por conservar bien cada producto alimenticio, por hacer que no haya intoxicaciones de ninguna clase, por darnos una comida segura y sin riesgos, está creciendo como nunca.
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Seguridad alimentaria: la clave de IFS Food
En este panorama en constante cambio, ha llegado una certificación que es de suma importancia tanto para empresas como para consumidores. El sello IFS Food es importante para el consumidor final, ya que es sinónimo de seguridad alimentaria y de calidad en los alimentos que comemos. Pero, ¿qué es exactamente? Es habitual que surja esta duda, sobre todo en aquellas personas que están empezando a explorar el terreno del tratamiento y la seguridad alimentaria, aunque es de suma importancia conocer este concepto.
El certificado IFS Food responde a las siglas International Food Standard (Estándar Internacional de Alimentación) y es un sello reconocido por la GFSI (Global Food Security Initiative o Iniciativa Global de Seguridad Alimenticia). Parte de un proceso de evaluación que se centra en seleccionar y calificar a los proveedores que forman parte del sector de la nutrición, sean de mayor o menor calibre. Repasa todas y cada una de las partes de la cadena de producción y procesamiento de las materias primas con las que se construyen los alimentos que van a parar a las tiendas.
Su prioridad, y principal campo de acción, son los productos procesados, todos aquellos donde puede surgir riesgo de contaminación durante la etapa de envasado. Para poder valorar si algo es apto para el consumo y no hay peligros, se apoya en el uso de cuatro sistemas de gestión estandarizados en el mundo de la alimentación: GMP (Buenas Prácticas de Manipulación del alimento), BPL (Buenas Prácticas de Laboratorio), GHP (Buenas Prácticas de Higiene) y HACCP (Análisis de riesgo y control de aspectos críticos).
Gracias a esta certificación, y a otros procedimientos, cada vez hay una mayor seguridad a la hora de comprar e ingerir cualquier alimento, sea procesado o no. Afortunadamente, cada vez hay más empresas consultoras externas las que se especializan en la supervisión de todos los procesos de tratamiento, envasado y distribución alimentaria, asegurándose así de que todo lo que llegue al consumidor final esté en las condiciones más óptimas y saludables. Su labor es imprescindible, y es lo que está consiguiendo que lo que llega a nuestra mesa cada vez sea más y más fiable.
¿Por qué es importante la existencia de procesos y certificados como el IFS Food?
La presencia de certificaciones que garantizan la calidad y fiabilidad de productos y materias en el sector agroalimentario se ha acentuado en la última década, de hecho, se han convertido en un pilar central dentro de este. La concienciación sobre los riesgos de una mala alimentación, o de consumir alimentos que pueden provocar algún tipo de riesgo por intoxicación, es cada vez más grande, y eso hace que los consumidores sean más y más exigentes a la hora de determinar qué compran y de quién lo compran.
Es lógico, se han dado numerosos casos de enfermedades o incluso infecciones por alimentos en mal estado, e incluso por productos que tenían elementos tóxicos en su composición, tanto dentro como fuera de este sector. Por eso, para las empresas, contar con una o incluso varias certificaciones de este tipo les ayuda, porque así muestran a los compradores que lo que ofrecen es de calidad y ha superado una serie de rigurosos controles que validan lo que prometen.
Empresas que resultan más confiables a ojos del mundo, compradores que se encuentran más seguros al comprar productos que han sido tratados en todo momento con mimo y rigurosidad, personas que, en definitiva, son más sanas gracias a consumir alimentos más seguros y mejor tratados. Todo esto se da la mano y, al final, pone fácilmente de manifiesto lo importante que es la existencia de certificaciones como IFS Food. Gracias a ellas estamos avanzando dentro y fuera de este sector, estamos reduciendo los riesgos de enfermedades y de infecciones, estamos ganando en salud y por último, pero no por ello menos importante, estamos ganando en calidad de vida.