La presencia de ciertos contaminantes en el agua que consumimos puede significar una amenaza para la salud del ser humano, además de perjudicar al ambiente. De todos los materiales disueltos en el agua, el más peligroso sería el arsénico, un metaloide tóxico y cancerígeno que resulta nocivo incluso en bajas concentraciones.
Para resolver el problema del agua con arsénico y conseguir que se mantenga dentro del límite correspondiente (10 μg/l.), es preciso que las plantas de abastecimiento de agua potable implementen procedimientos específicos destinados a eliminar de forma segura y eficiente el arsénico, evitando la exposición crónica a este elemento.
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Efectos negativos del arsénico sobre la salud
El arsénico es un elemento químico inodoro e insípido que se mezcla con el agua potable en los depósitos subterráneos de forma natural, así como producto de la actividad agrícola e industrial. Se trata de un elemento altamente tóxico, con efectos nocivos sobre la salud del ser humano, incluyendo los siguientes síntomas:
- Vómitos.
- Diarrea.
- Entumecimiento de manos y pies.
- Cambios en la pigmentación de la piel.
- Lesiones cutáneas.
- Delirios.
- Shock y muerte.
- Precursor del cáncer.
¿Cómo se elimina el arsénico durante el tratamiento del agua?
La OMS recomienda que la concentración de arsénico disuelto en agua potable se mantenga en un valor máximo de 0,01 mg / l (10 ppb). Para cumplir con esta recomendación, las plantas de tratamiento de agua potable, tanto de pozos públicos como privados, deberían incorporar alguno de los siguientes procedimientos:
Adsorción
El proceso de adsorción se refiere a la separación de uno o más componentes en una mezcla. En este caso, el arsénico se adhiere químicamente a una superficie sólida, generalmente un material adsorbente como el hidróxido de hierro o la alúmina activada, los cuales son agregados al agua contaminada para luego ser separados o filtrados.
Floculación
La floculación consiste en agregar productos químicos coagulantes, como el sulfato de aluminio o el cloruro férrico, al agua contaminada en la planta de tratamiento. Estos químicos agregados forman flóculos (masa compuesta por partículas acumuladas) que atrapan el arsénico presente y lo asientan al fondo del tanque, para su posterior filtración.
Intercambio iónico
Se basa en el uso de resinas de intercambio iónico con afinidad por el arsénico, con carga eléctrica opuesta a la del arsénico. Este tipo de material es capaz de eliminar aniones o cationes del agua bruta, capturándolos mientras que los iones de carga opuesta se liberan en el agua.
Procesos de membrana
Dentro de esta clasificación se incluyen procesos como la ósmosis inversa y la nanofiltración. Ambos utilizan membranas semipermeables que permiten el paso de agua, pero son capaces de retener las partículas de arsénico junto a otras impurezas. Aplicando presión, el agua atraviesa las membranas y el arsénico es retenido.
No obstante, tiene dos inconvenientes importantes. El primero de ello sería que cambia por completo la composición del agua, pues no se concentra únicamente en la eliminación del arsénico. Además, para garantizar la eficiencia del proceso, el agua puede requerir un tratamiento previo que evite la obstrucción de las membranas por acumulación de sólidos.