La intolerancia a la lactosa es un trastorno intestinal que ocurre cuando el intestino delgado no tiene la capacidad de producir suficiente cantidad de lactasa, una enzima necesaria para la digestión de los lácteos, especialmente la lactosa, un tipo de azúcar contenida en la leche. Esta insuficiencia de lactasa genera problemas que no son graves, pero sí bastante molestos.
La mayor parte de las personas conviven con esta intolerancia sin renunciar a los productos lácteos. Sabemos de qué se trata el padecimiento, pero ¿Qué es la lactosa? En las siguientes líneas responderemos a esta inquietud, sabremos cuál es su función en nuestro organismo y te ofreceremos algunos consejos para sobrellevar el padecimiento.
Contenidos
¿Qué es la lactosa?
La lactosa es un tipo de azúcar presente en la leche de los mamíferos, siendo la unión de dos moléculas: galactosa y glucosa. Es conocida como el azúcar de la leche y responsable de comunicar su sabor dulce, además, no resulta dañina y resulta una fuente natural de energía en los lácteos.
Para los bebés, la leche materna es el alimento principal y esta posee un 7,2% de lactosa, por tanto, le provee un 50% de la energía diaria que necesita. Además de proveer energía, otra de sus funciones es contribuir con la absorción de calcio y algunos otros minerales. La lactosa solo es un problema para organismos con deficiencia de lactasa.
¿Cómo afecta la lactosa a nuestro organismo?
Existe un conjunto de síntomas bien definidos que se relacionan con la intolerancia a la lactosa. Estos síntomas suelen comenzar unos 30 minutos después de haber ingerido algún producto con alto contenido lácteo. Entre los más comunes, encontramos:
- Náuseas
- Vómitos
- Diarrea
- Hinchazón de la zona abdominal
- Gases
- Ruidos estomacales
- Dolores abdominales
Los síntomas manifestados pueden variar de una persona a otra, siendo más o menos graves. También dependerá de la cantidad de lactosa ingerida y la cantidad que usualmente puede procesar el organismo en situación normal, sin presentar ninguna clase de síntoma. Se diferencia de la alergia en que no se trata de un trastorno de tipo inmunitario sino una insuficiencia enzimática.
¿Qué podemos hacer para lidiar con la intolerancia a la lactosa?
Tal como mencionamos en líneas anteriores, algunas personas consiguen llevar una vida normal sin eliminar los lácteos de su dieta. No obstante, es preciso reducir la cantidad que se consume, limitándola a su mínima expresión. Otras soluciones posibles pueden ser las siguientes:
- Encontrar sustitutos. Existen productos lácteos de origen vegano que no contienen lactosa, ya que esta es exclusiva de la leche proveniente de mamíferos.
- Tabletas/gotas de lactasa. También es posible ingerir tabletas de lactasa, enzima encargada de la descomposición de la lactosa, lo cual reduciría los síntomas considerablemente.
En cualquier caso, es buena idea consultar con un especialista que nos ayude a determinar cuál es el origen de la deficiencia, ya que esta puede ser congénita o también el resultado de una lesión del intestino delgado.