¿Cómo tener una piel saludable?

La piel es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano y el que menos cuidados recibe por parte de muchos, siendo este el más extenso y el más expuesto a los daños del ambiente y factores externos. Es vital que se conozca todo lo necesario para su cuidado y así, mantenerla saludable.

Siendo la piel la forma en la que el cuerpo se protege de la luz solar, lesiones y el calor, además de cumplir también funciones importantes que contribuyen a que el cuerpo se mantenga sano, se hace necesaria su protección, ya que cuando la piel sufre alguna enfermedad o se ve afectada de cualquier manera, el resto del cuerpo también se ve afectado.

Tipos de afecciones que deterioran la piel

La piel puede verse afectada por diversas lesiones provocadas por el proceso degenerativo normal en todos los seres humanos y también por agentes externos o por cuestiones hereditarias. Entre las enfermedades de la piel más comunes se pueden mencionar:

Cuidado de la piel

Eccema

Comúnmente conocida como dermatitis. El eccema es una patología médica que se caracteriza por la aparición de sarpullidos en diferentes lugares del cuerpo siendo las rodillas (parte interna), la cara, los codos, manos y pies, los más frecuentes. Además, puede causar sequedad en la piel, es decir, que la misma pierde su capacidad para conservar agua lo que deja al cuerpo indefenso ante cualquier otra amenaza, hinchazón y escozor en la piel, que suele ser molesto.

Las causas del eccema pueden ser en su mayoría hereditarias (70%) y también pueden estar asociadas a reacciones alérgicas a ciertos elementos tales como bacterias cutáneas, polvo, pelo de ciertos animales, infecciones virales, así como ciertas lociones o telas que provocan irritación en la piel Incluso el estrés puede derivar en la aparición de eccemas.

El eccema puede presentarse a cualquier edad, aunque suele ser popular en niños menores de dos años. Cabe destacar que la dermatitis puede tener periodos donde los síntomas se intensifiquen y pueden manifestarse con otras patologías como la conjuntivitis y la rinitis.

Xerosis

La xerosis o piel seca, es aquella condición en la que la piel pierde elasticidad, se observa áspera, envejecida, con grietas, puede volverse escamosa, y el prurito como síntoma clave para su diagnóstico. Esta se produce debido a la pérdida excesiva de agua y aceite por parte de la piel, y estas a su vez pueden ser productos de enfermedades como la diabetes, hipotiroidismo, otras afecciones dermatológicas, factores ambientales, la ingesta de algunos medicamentos o el uso de ciertos jabones y/o detergentes.

Diferencias entre la xerosis y el eccema

A pesar de tener sintomatologías similares, la dermatitis o eccema y la xerosis, no son la misma patología, hay algunas señales que indican sus diferencias.

Aunque en ambas la piel presenta pérdida de agua, el eccema se evidencia por inflamación y enrojecimiento de la misma, además de la sequedad. Mientras que la xerosis no presenta ningún tipo de inflamación solo la evidencia de resequedad. Por tanto, podría concluirse que una (eccema) es el producto de la otra (xerosis), tratadas de forma inadecuada o no tratada en lo absoluto.

Prevención y tratamiento para la Xerosis y eccema

Toda afección dermatológica debe ser tratada por un especialista. Un dermatólogo indicará cuál será el tratamiento más adecuado.

Tratar Eczema

Entre los tratamientos y acciones preventivas más comunes e idóneas para esta patología en la piel se puede considerar:

  • Evitar la exposición prolongada al agua de manera innecesaria.
  • Se recomienda el uso continuo de humectantes que contribuyan a mantener la humedad de la piel.
  • Realizar baños con agua fría y usar toallas suaves para el secado sin restregar la piel.

En el caso de que la lesión esté muy hinchada y con mucho escozor, se pueden aplicar ungüentos esteroides, utilizar artículos de higiene personal que sean neutros y dermatológicamente aprobados como jabón Syndet, cuyas fórmulas son más naturales, con Ph equilibrados y cuyo nivel de irritación suele ser bajo ya que no contienen jabón, pues son de origen sintético, por lo que no suelen ser agresivos con los aceites propios de la piel y con ingredientes que ayudan la adecuada humectación de la piel.

Estos artículos de higiene están diseñados especialmente para cualquier tipo de piel respetando su naturaleza. Son de fácil acceso y se pueden conseguir en diferentes presentaciones tales como pastillas y geles diseñados para eliminar cualquier suciedad y a la vez proteger la piel sensible ante cualquier irritación.