¿Estás cansad@ del efecto “yo-yo” después de una dieta? ¿Sabes que se puede conciliar el placer de comer y el bienestar gracias a una dieta equilibrada? De hecho, el sabor y la línea no son incompatibles. Al respetar algunos principios simples, es posible perder peso y mantenerse en forma tomado comidas y desayunos saludables. Te ofrecemos unos simples consejos para una dieta diaria saludable y equilibrada.
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Un buen equilibrio dietético es “comer de todo con moderación”
El problema de las dietas está en eclipsar la noción del placer por la comida. ¿Sabes que solo hay 20 calorías de diferencia entre un yogurt magro y un yogur de leche entera? Y sin embargo, el sabor no es el mismo. Entonces, en lugar de privarte de una comida, aprende a disfrutar con moderación. Las barras, las sopas, los dulces y otras fórmulas de dieta solo aumentan esa frustración. Sé tolerante contigo mismo y disfruta de los pequeños placeres mientras mantienes una dieta equilibrada.
Respeta los horarios de las comidas
La organización de las comidas es fundamental. Mientras más respetes tus hábitos, menos grasas almacenarás. Las enzimas digestivas y la producción de hormonas se llevan a cabo en horarios fijos, según tus hábitos alimenticios. Si te saltas las comidas, tu organismo se defenderá y aprenderá a almacenar más en la próxima comida, ¡incluso si se basa en una dieta sana y equilibrada! Esto se llama el efecto yo-yo, y es por eso que, después de una dieta demasiado restrictiva, a menudo recogemos más de lo que perdimos. Cualquier cambio en la dieta debe llevarse de forma gradual.
Elije alimentos con bajo contenido glucémico
Una dieta equilibrada debe proporcionar al cuerpo los lípidos, proteínas, carbohidratos y fibra necesarios. Entre los alimentos que proporcionan estos elementos, algunos son más digeribles y no causan la descarga de insulina una vez digeridos. Las lentejas, los granos enteros, las carnes blancas, los huevos y la fibra son tus aliados, debido a su bajo índice glucémico.
Determina el balance nutricional de los alimentos
Evita las trampas de las etiquetas, observa las composiciones nutricionales de los alimentos con detenimiento. Los productos procesados están sobrecargados con sal, azúcar, grasas hidrogenadas (no necesariamente muy naturales), el glutamato, potenciadores del sabor y otros. Opta por alimentos frescos o sin procesar que a menudo son más saludables para el organismo.
Haz una cuarta comida
Una dieta equilibrada y saludable se puede dividir en 4 comidas al día, siempre que las cantidades estén bien balanceadas. La merienda solo será efectiva si también respeta tu estilo de vida. Limitará los antojos antes de comer.
Conclusión
¡Comer rico y sano a diario es posible! Ingiere productos frescos, de temporada y sin preparar. Están llenos de vitaminas, minerales y antioxidantes. ¡Esto evitará que te arruines en suplementos de vitaminas! Si comes de todo, llevarás una dieta sana y saludable. Prepara tus menús con anticipación para evitar platos ya preparados. Encontrar la satisfacción por cocinar también te ayuda a controlar tu peso.