Para hacer frente a la crisis económica y al aumento del coste de vida es necesario buscar nuevas medidas de ahorro. Plantearnos mejorar nuestra forma de conducción es una solución para reducir gastos.
La vida cada vez está más cara. El salario no aumenta en proporción al coste de vida, y la palabra ahorro está presente en la mayoría de las conversaciones que tenemos en familia y con nuestros amigos. Encontrar nuevas formas para recortar gastos es bastante complicado. Quizás una sugerencia en la que no habíamos pensado es: mejorar nuestra forma de conducir.
Gran parte del dinero que entra en nuestro hogar se va en el uso del coche. Nuestros vehículos requieren mantenimiento y consumen combustible. El precio de este es variable, aunque normalmente la tendencia es al alza. Por ello, el gasto del automóvil es superior al de hace un tiempo, pues a pesar de que la media de consumo sea la de siempre, el precio del carburante es superior.
Para minimizar el impacto de las subidas de precio, en especial la temible subida del diesel, es bueno que evaluemos nuestro tipo de conducción. Puede que tengamos el carnet de coche desde hace tiempo, pero recordar las instrucciones y la forma de conducción que nos enseñaron en aquel entonces es clave para reducir gastos ahora.
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Recordar los consejos de nuestro profesor de autoescuela
En la autoescuela nos enseñaron a conducir con responsabilidad. El profesor nos instaba una y otra vez a ser personas prudentes. Esa prudencia nos enseñó a no forzar el vehículo y a conducir pensando en la siguiente maniobra a realizar. Estas técnicas fueron clave para evitar un estilo de conducción temerario e imprudente. Es cierto que en la actualidad, por norma general, no somos temerarios al volante. Pero muchas veces conducimos con tanto estrés que no pensamos en la siguiente maniobra, en especial en las grandes ciudades. Esto provoca que nuestra forma de conducir sea impulsiva y acelerada, lo cual se traduce en una media de consumo más elevada.
Si somos capaces de volver a conducir como nos enseñaron en su momento, como lo hacen en la autoescuela Las Vegas en Parla, lograremos bajar unas décimas la media de consumo de nuestro vehículo. Y esto tendrá un efecto inmediato en nuestro ahorro.
La tecnología evita gastos innecesarios
Hay otra forma de mejorar nuestra conducción y reducir gastos. Tiene que ver con eliminar aquellos gastos que son innecesarios. Es decir, aquellos que se pueden evitar siendo cuidadosos e inteligentes.
Puede que por nuestra propia cuenta no seamos capaces de percibir cómo evitar este tipo de gastos. Pero para ello la tecnología viene en nuestra ayuda. Estamos hablando de los navegadores gps. Gracias a estos sistemas podemos calcular las rutas más cortas o más rápidas, lo que nos permite calcular el itinerario más eficiente. De esta forma evitamos hacer más kilómetros de los necesarios y ahorramos litros de combustible.
Otra ayuda que nos brindan los navegadores GPS es saber cuál es la velocidad máxima permitida de una vía en cada momento. Incluso podemos recibir alertas de radares fijos y posibles radares móviles. Evitar pagar multas por culpa de la velocidad es una forma de ser previsores y ahorradores.
Hay que proponérselo
Como hemos visto, recordar las instrucciones de nuestro profesor de autoescuela nos resulta útil para más que tener un buen resultado examen DGT. Nos sirve para recuperar la forma de conducción más eficiente posible.
Lograremos ser conductores ahorradores si recuperamos la prudencia al volante, pensando la siguiente maniobra a realizar. Mantener la calma al volante se traduce en un menor consumo de media. Recurrir a la tecnología es otra solución para ahorrar conduciendo. Evitar sanciones es mantener el dinero en nuestra posesión.
Es cierto que la vida cada vez está más cara. El aumento de los precios genera inestabilidad económica en nuestros hogares. Para poder hacer frente a esta solución tenemos que buscar medidas prácticas de ahorro. Una de ellas pasa por evaluar nuestra forma de conducción. ¿Puedes mejorar la tuya?