Con el pasar del tiempo, los productos ecológicos han tenido un crecimiento exponencial dentro del mercado alimentario. Esto se debe a la preocupación de la población por el desarrollo de actividades económicas sustentables, respetuosas con el medio ambiente y que, además, ofrezcan mayor cantidad de beneficios para la salud de las personas.
La tendencia comenzó con la agricultura y la ganadería, pero ya se ha extendido a la industria de las conservas de pescado, un sector que ha prestado atención con éxito a un proceso de adaptación para seguir la tendencia de trabajar únicamente con materias primas ecológicas e ingredientes y técnicas de conservación que no representen un daño para el medio ambiente.
Básicamente, los participantes en la industria de conservas de pescado ecológicas, tanto de atún como otras especies marinas, han introducido cambios sustanciales en el proceso de manipulación, además dan preferencia a la pesca artesanal. Esto ha permitido que las técnicas de conservación evolucionen y destaquen aún más las técnicas de captura artesanal como la almadraba.
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¿Cuál es la diferencia entre las conservas ecológicas y las tradicionales?
España es uno de los principales productores de conservas de pescado de la Unión Europea. De hecho, ocupa el primer lugar dentro de la UE y el segundo a nivel mundial, lo cual indica que se trata de un producto de alta calidad. Sin embargo, esto no implica que el proceso no pueda evolucionar y estar sujeto a mejora, sobre todo cuando el objetivo es la sustentabilidad.
Empresas como El Roqueo, una conservera especializada en la elaboración de conservas de atún rojo de almadraba, han prescindido de químicos y sintéticos en su producción, asegurando una mayor calidad nutricional y conservando cada uno de sus matices gastronómicos, diferenciándose de la conserva tradicional. Todo esto, mientras se impulsa la economía de la localidad de Barbate.
Exclusivas recetas de atún en bote de cristal
Las conservas de El Roqueo son elaboradas utilizando como ingrediente principal el atún rojo salvaje recogido en el puerto de Barbate. Se trata de un ancestral modo de captura que asegura recolectar atunes de primera calidad, en condiciones específicas que solo se dan una vez al año durante el verano.
Se trata de un procedimiento de pesca no intensiva que permite escapar a los peces no aptos para el consumo, respetando a la especie y a otras que comparten espacio. Todas las especies marinas diferentes al atún rojo salvaje son devueltas al mar junto a los especímenes que no cumplen con los requerimientos mínimos de calidad.
De esta forma, se obtiene la materia prima necesaria para la elaboración de recetas exclusivas de atún presentadas en bote de cristal, conservado a través de técnicas artesanales y ecológicas. Todo el procedimiento, desde la captura del atún hasta el tratamiento de conservación del alimento, es parte de un proceso sostenible que sigue normas ecológicas certificadas.
El envasado de conservas de pescado con productos ecológicos es un proceso que destaca por la calidad, agregando un enorme valor al ya tradicional arte de la captura de atún rojo.