Las personas encargadas en desempeñar el papel de cuidador de pacientes con Alzheimer es sumamente importante por numerosas razones. Para comenzar, su presencia debería implicar un aumento considerable en la calidad de vida del enfermo. Asimismo, representan la fuente inmediata de información sobre el estado de salud del enfermo a su cuidado.
Por lo tanto, la calidad de su formación debe poseer un estándar bastante alto, de manera tal que pueda afrontar de forma adecuada cualquier circunstancia que se le presente. Sin embargo, muchos de los “cuidadores” actuales no se encuentran completamente preparados para enfrentar esta difícil tarea en cada una de sus etapas.
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¿Qué es el alzheimer?
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa de carácter progresivo que ataca principalmente la memoria y el razonamiento. Esta enfermedad puede iniciar como una leve sensación de confusión junto con dificultad para recordar. Con el paso del tiempo, dichas manifestaciones se agudizan, desembocando en un profundo olvido y en significativos cambios de personalidad.
Esta afección neurológica es la causa más común de demencia, la cual a su vez engloba un amplio grupo de trastornos mentales que producen el deterioro de las habilidades intelectuales y sociales de quien lo padece.
A diferencia del Alzheimer, la demencia no se trata de una condición específica. En lugar de ello describe síntomas relacionados a la pérdida de funciones cerebrales como el lenguaje o el pensamiento, incluyendo problemas emocionales y conductuales.
Por otra parte, la enfermedad de Parkinson también considerada como un trastorno progresivo del sistema nervioso, se diferencia del Alzheimer por el área afectada. En el Alzheimer se perjudican las capacidades conductuales y cognitivas, mientras que en el Parkinson se pierden las habilidades motoras.
Síntomas del Alzheimer
- Pérdida progresiva de la memoria (perderse en sitios ya conocidos, repetir constantemente afirmaciones, olvidarse de familiares cercanos y tener dificultad para identificar objetos de uso común).
- Afectación evidente de los procesos del pensamiento y razonamiento (problemas para procesar números o controlar finanzas).
- Dificultad para tomar decisiones.
- Olvidar la rutina (tareas básicas, por ejemplo, bañarse, conducir o vestirse).
- Participar en actividades familiares.
- Cambios significativos referentes a la personalidad y conducta (retraimiento, apatía, irritabilidad, desconfianza, etcétera).
Causas del Alzheimer
Todavía no se ha determinado una causa concreta a la que se le atribuya directamente la aparición del Alzheimer. Por el contrario, su etiología está definida por una serie de factores genéticos y ambientales como la edad, el sexo, la herencia genética, los hábitos tabáquicos, la presencia o no de hipertensión arterial, el estado nutricional y niveles séricos de homocisteína.
¿Por qué son importantes los cuidadores?
Como ya es conocido el Alzheimer no posee cura, pero sí terapias paliativas. Para que sean efectivos, dichos tratamientos deben ser integrales, continuas e interdisciplinarias. Lo que significa la inclusión de administración de fármacos unido a las intervenciones psicológicas y sociales, con la finalidad de estimular tanto al enfermo como a su familia.
Los cuidadores familiares suelen contar con una formación relativamente escasa en cuanto a los cuidados especiales que requiere un enfermo de Alzheimer, lo que tiende a causar un serio desgaste en la persona que asume ese rol. Lo más indicado es contratar a un cuidador externo debidamente formado, el cual sea capaz de encarar exitosamente todas las situaciones referentes al cuidado de esta clase de enfermos, ya que así la familia estará más tranquila y el cuidador no desgastará su propia salud.
Al momento de contratar un cuidador externo es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Formación de calidad comprobada. Es fundamental que el cuidador posea conocimientos básicos de enfermería y primeros auxilios.
- Paciencia, experiencia, dedicación y vocación. Las personas con Alzheimer suelen ser pacientes con bruscos cambios de humor, por esta razón es vital contratar a una persona acostumbrada a manejar este tipo de situaciones.
- Capacidad para expresarse. Los cuidadores deben mantenerse en constante comunicación con los familiares de la persona a su cuidado, dado que además de informar diariamente sobre el estado del enfermo, debe avisar inmediatamente ante cualquier eventualidad.
En líneas generales, la importancia del cuidador radica en el inmenso apoyo que representa para la familia, dado que no solo se encarga de acompañar al enfermo sino que también mantiene en marcha la dinámica familiar normal.