La piel es considerada como uno de los órganos más importante del cuerpo humano, dada su extensión en nuestro organismo y la cantidad de funciones que desarrolla de manera permanente. Es la primera barrera protectora del mundo que nos rodea contra el interior de nuestro organismo y por esa razón deberíamos aprender a darle los cuidados que necesita para que cumpla con sus funciones de forma correcta.
En pacientes oncológicos, este cuidado se vuelve aún más importante. Los problemas de la piel en pacientes con cáncer suelen tener un mayor impacto psicológico, especialmente asociado a la percepción de su imagen corporal que ya está siendo afectada por los tratamientos propios de su condición.
No es sencillo aceptar los cambios físicos que se relacionan con las terapias de radiación para tratar el cáncer, y es peor aún si se suman problemas en la dermis como dolores o escozor, que pueden aumentar los niveles de ansiedad del paciente.
Contenidos
Importancia de la dermocosmética aplicada a los pacientes oncológicos
El cuidado de la piel va más allá de un asunto meramente estético. Para el paciente oncológico la protección cutánea es importante en todas las fases de su tratamiento, sobre todo en la etapa inicial, ya que funciona como un profiláctico capaz de fortalecer y preparar la piel y los tejidos para el posible daño que puedan sufrir.
Existen cremas para tratamientos oncológicos que se han desarrollado exclusivamente para funcionar como un complemento terapéutico que tiene la capacidad de reducir el impacto físico de las terapias de radiación.
Se encargan de disminuir la fotosensibilidad, evitar las erupciones, pruritos y otras molestias comunes. Esto ocurre porque se encuentran compuestos de nutrientes que permiten que la piel se adapte a las nuevas condiciones a las que se verá expuesta al recibir quimioterapia y radioterapia.
Abordaje multidisciplinar
La existencia de cremas y diferentes tratamientos especializados en la piel de los pacientes oncológicos, responde la necesidad de abordar el problema de salud de manera multidisciplinar, más allá de tratar la afección de forma individual.
Para que el paciente aumente las posibilidades de superar esta circunstancia, necesita una atención integral que incluya los aspectos físicos y emocionales asociados. En ocasiones, y dada la premura con que se suele tratar la enfermedad, se tiende a dejar a un lado los cuidados de la piel o se comienzan una vez ha iniciado el tratamiento correspondiente a la enfermedad.
Los profesionales dermatológicos advierten que el cuidado se debe iniciar desde el mismo momento del diagnóstico, para evitar y mitigar con mayor éxito cualquiera de los efectos secundarios importantes que suelen aparecer sobre la piel, los cuales se deben a la alta toxicidad cutánea.
Es necesario recordar que los tratamientos contra el cáncer suelen afectar de manera directa todos los tejidos del cuerpo humano, en especial aquellas células de rápido crecimiento, y esa es la razón por la cual la piel, cabello y uñas se deterioran con gran velocidad.