Ni las altas temperaturas ni las vacaciones son excusas para cuidarse en verano, más aún si se sufren ciertas dolencias o se tiene propensión a sufrirlas.
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La actividad física
Con las altas temperaturas no apetece ponerse a sudar, ninguna hora del día es buena para dedicarla a esa actividad física que sabemos que debería ser obligatoria.
Como recuerda la compañía aseguradora y proveedora de servicios de salud Sanitas, el ejercicio es beneficioso a cualquier edad y, practicado de forma regular, reduce las posibilidades de padecer enfermedades coronarias, derrames cerebrales, diabetes e incluso algunos cánceres. A eso se suma la reducción del riesgo de padecer osteoporosis o el alivio de dolores lumbares bajos, así como los beneficios a nivel mental y emocional.
Pero, ¿cuánto ejercicio es suficiente? Como recuerda Sanitas, el nivel recomendable de actividad física es de al menos 30 minutos de ejercicio moderado durante, al menos, cinco días a la semana. Y lo de moderado quiere decir suficiente para estimular el corazón y los pulmones, un ejercicio que implique respirar más rápido, con una frecuencia cardíaca más elevada y sintiendo calor.
Correr, caminar, o ir en bici son buenas opciones aunque, repetimos, la clave está en la regularidad, sobre todo si se quiere bajar de peso. El ejercicio no se debe ver como una obligación, como una carga, sino que hay que escoger alguna actividad que guste, que resulte entretenida, desde jugar al pádel con unos amigos a apuntarse a una clase de baile.
Las altas temperaturas veraniegas, como decíamos, son un elemento disuasorio, sobre todo en aquellos lugares en los que se mantienen por encima de los 30 grados los meses que dura el estío. Cómo montar un gimnasio casero puede ser la clave, a lo que invita Gimnasiocasero.com. Entrenar en casa ayuda a vencer la pereza de tener que desplazarse, y evita exponerse al fuego que cae sobre el asfalto. Montar un gimnasio en casa, de hecho, incita al ejercicio en verano y en invierno.
En su guía, la web ayuda a considerar el espacio necesario, el presupuesto idóneo, que las condiciones sean las adecuadas para practicar ejercicio con seguridad (por ejemplo, evitando resbalones), qué mobiliario es el correcto o cómo debe ser la ventilación.
La piel
El verano es nefasto para la piel. Puede que esta afirmación te resulte demasiado negativa, sobre todo si llevas mucho tiempo esperando el calor y el ambiente propio de esta época, pero debe servirte para que no escatimes en cuidados.
El exceso de sol que traen las continuas exposiciones, el contacto directo con los productos químicos que se emplean en el mantenimiento de piscinas, el calor excesivo o un uso mayor de jabón (porque también se incrementan las duchas) son los enemigos principales de la piel en verano. La radiación ultravioleta puede acelerar los cambios propios del envejecimiento, acelerando la pérdida de las funciones cutáneas y provocando manchas.
En las rutinas de belleza, la higiene debe ser un pilar importante, por lo que es recomendable usar lociones limpiadores, aguas micelares o productos similares por la mañana y por la noche. Es también recomendable aplicar un producto antioxidante al comenzar el día, para prevenir el envejecimiento cutáneo que comentábamos. Y, por la noche, complementar el uso de limpiadores con activos regeneradores.
Hay que sumar, por supuesto, el uso de fotoprotectores adecuados, en el rostro y en el resto del cuerpo, sobre todo entre media mañana y primeras horas de la tarde. El cuello, el escote o los labios son zonas especialmente sensibles, por lo que conviene usar SPF 50+. También se debe cuidar la alimentación, e ingerir alimentos ricos en vitamina C, betacarotenos, espirulina, ácidos grasos omega 3…
Ante cualquier cambio que se observe, como las manchas en la piel, se debe contactar con especialistas en dermatología. Unos dermatólogos en Barcelona como los del Instituto I. Umbert explican las funciones de un profesional de la piel y dan consejos útiles para cuidarla.
La cabeza
En verano aumentan los dolores de cabeza. Bien lo saben las personas que sufren cefaleas y migrañas, que se vuelven más intensas en los días más calurosos. El calor estival y la claridad tienen parte de la culpa, pero también los cambios de hábitos: saltarse comidas, tomar mucho el sol, dormir poco, el exceso de aire acondicionado…
Para evitarlo, nada mejor que blindarse contra el calor, ya que muchos dolores de cabeza se producen por el mecanismo de vasodilatación. Es mejor resguardarse en las horas centrales del día, mantener la casa fresca, evitar los cambios bruscos de temperatura y usar ropa y complementos adecuados: ropa ancha y clara, gafas de sol, sombreros y gorras… En la playa, que no falte la sombrilla.
En verano debe aumentar también la hidratación e ingerir al unos 2,5 litros de agua al día, en pequeñas cantidades bien espaciadas. El dolor de cabeza, precisamente, es uno de los síntomas de la deshidratación. También se debe mojar de manera frecuente la frente y el cuello.
El buen descanso también es fundamental, aunque implique el uso de aire acondicionado. Las siestas de entre 10 y 15 minutos resultan muy reconfortantes en esta época del año. Y, como sucede con la salud de la piel, para el dolor de cabeza también es una buena aliada la alimentación: mejor alimentos frescos y ligeros, como la ensalada o el gazpacho.
Conviene tener a la mano remedios caseros dolor de cabeza, aunque se deben identificar los tipos de dolor de cabeza.
Enfermedades que empeoran con el calor
La de como curar la artritis es la gran pregunta de los pacientes de artitris reumatoide. Sus síntomas más visibles son la hinchazón de las articulaciones y el dolor que se deriva de ello por lo que, si no se puede aprender cómo curar la artrosis (también problema de las articulaciones) o la artritis, sí al menos se puede saber cómo tratarlas para llevar una buena calidad de vida.
Los especialistas de la Sociedad Española de Reumatología (SER) dan consejos para que la salud de los afectados por estas dolencias no se resienta en los habituales desplazamientos de estas fechas.
Las paradas para caminar, estirarse y flexionar son fundamentales, porque facilitan la circulación sanguínea y previenen la formación de coágulos que pueden desembocar en en trombosis. Llevar ropa cómoda y holgada, levantarse y dar pequeños paseos, beber líquido suficiente y realizar ejercicios con pies y piernas es útil si se viaja en avión.
La artritis nos devuelve al punto de inicio y nos recuerda la necesidad de practicar ejercicio físico regular para tonificar, dar estabilidad a las articulaciones, estimular la formación del hueso y prevenir la obesidad, mejorando también la agilidad.