Los buenos hábitos alimenticios desde la infancia están directamente relacionados con la formación de estructuras y funciones corporales. Sin embargo, una alimentación con excesos o déficits tiene repercusiones sobre la salud. Entre ellas, la desnutrición y la obesidad, factores que aumentan el riesgo de enfermedades crónicas desde la infancia.
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La desnutrición y la obesidad
Todas las formas de malnutrición incluyen desnutrición, desequilibrio de vitaminas o minerales, sobrepeso y obesidad. La obesidad viola el metabolismo de los carbohidratos y las grasas y afecta aún más el estado de los micronutrientes.
“Hay evidencia de que las personas obesas tienen niveles más bajos de vitamina A y D. El desarrollo de la deficiencia de vitamina A y D intensifica el metabolismo de carbohidratos y grasas, formando un círculo vicioso. Las personas con un índice de masa corporal alto a menudo carecen de tiamina, ácido fólico y ácido ascórbico, indica Adriano Quiróz, redactor jefe de la sección Salud & Bienestar en GUIADESUPLEMENTOS,
En países como México, la obesidad representa un problema de salud pública. El 33,2% de los niños entre 6 y 11 años tienen sobrepeso y obesidad. En España, según los estándares de prevalencia de la OMS, el 40,6 % de los niños entre 6 y 9 años tienen sobrepeso.
Anemia
La prevalencia de anemia entre los niños en edad preescolar es del 47,4% y afecta a 293 millones de niños en todo el mundo. La anemia es sinónimo de niveles bajos de glóbulos rojos en el cuerpo. Aunque existen muchos factores que inciden en que un niño la desarrolle, el factor principal es la ingesta de alimentos con bajo contenido de hierro.
Los síntomas que pueden experimentar los niños con anemia incluyen: irritabilidad, lentitud, falta de fuerza muscular, pérdida de apetito y dolor de cabeza o mareos.
Caries dental
Los malos hábitos alimenticios también tienen un gran impacto sobre la salud dental. Los alimentos ultraprocesados son ejemplos obvios de esta relación, ya que contienen altos niveles de azúcares y otros carbohidratos, que son propicios para el crecimiento de bacterias cariogénicas que desmineralizan el esmalte y la dentina.
Diabetes
La obesidad es uno de los factores de mayor riesgo para desarrollar diabetes tipo 2. Dicho estado patológico que se caracteriza por un exceso de grasa en el cuerpo, hace que el páncreas produzca menos insulina y no pueda controlar los niveles de azúcar, por lo que el organismo tiene disfunción y requiere tratamiento. Los síntomas incluyen: sed excesiva, cansancio, viajes frecuentes al baño con alta producción de orina y mareos.
Hipertensión arterial
La presión arterial alta en los niños pequeños a menudo se asocia con otras afecciones de salud. Por ejemplo, defectos cardíacos, enfermedades genéticas o desequilibrios hormonales y enfermedad renal.
Los niños mayores, especialmente los que tienen sobrepeso u obesidad, tienen más probabilidades de desarrollar hipertensión arterial y generalmente presentan síntomas como alteraciones visuales, mareos y fatiga, dolor de cabeza, entre otros.