Aprender idiomas es una de las asignaturas que todos tenemos siempre pendientes y que muchas veces comenzamos, pero sin éxito ¿Por qué fracasamos a la hora de aprender un idioma?
Uno de los problemas más grande que tenemos a la hora de aprender un idioma es la popularmente conocida como “zona de confort”. La zona de confort es nuestro a día a día, las personas que nos rodean habitualmente y con las cuales nos sentimos cómodos. Cuando nos acomodamos en la zona de confort nos resulta casi imposible aprender un idioma.
Cuando nos acostumbramos a hablar con la misma gente en el mismo idioma, a pensar en el mismo idioma, a consumir cultura en el mismo idioma, llega un momento en el que mentalmente no podemos asimilar conceptos lingüísticos de otro idioma.
Sin ir más lejos, en los sistemas educativos de pequeñas regiones con idioma o dialecto propio, se hace obligatoria la enseñanza en los colegios en la lengua de la región, aunque ésta no sea la principal y les limite en los primeros años de vida. Esto se hace con la intención de que no se pierda el idioma en las futuras generaciones, lo cual demuestra que los idiomas y la zona de confort no se llevan nada bien.
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Vivir una temporada en un país extranjero nos hará alcanzar el bilingüismo
No se puede asegurar que hacer vida en un país extranjero es la única forma de aprender un idioma, pero desde luego sí que es la más efectiva.
No se trata de hacer turismo una semana y volver a casa, ni se trata de vivir con gente que habla tu mismo idioma, ni si quiera vivir la experiencia con amigos. Se trata de vivir una experiencia completa, coger nuestras cosas y hacer una mudanza durante una larga estancia, en la cual, para poder buscar algo que se asemeje a nuestra zona de confort, necesitemos hablar, expresar, entender, pensar y resolver situaciones mediante la lengua o idioma que queremos aprender.
Al principio será difícil, costará, y se sufrirá, pero a medio plazo valdrá la pena. El ser humano se adapta a las condiciones que le rodean, y hoy día la distancia es menos distancia, así que es una opción muy recomendable.
La edad también influye a la hora de vivir una experiencia en el extranjero
Cuando hablamos de vivir en el extranjero, puede parecer una cosa casi exclusivamente para adultos. Pero para nada, es más, cuanto más jóvenes hagamos está inmersión completa en el extranjero, mejores resultados obtendremos y a la hora de aplicar esto en el mercado laboral, habrá más y mejores expectativas para desarrollarse laboralmente.
¿Un adolescente puede vivir en el extranjero sin sus padres y fuera de su zona de confort? Claro que sí. De hecho desde la empresa ESOenUSA nos comentan que cada vez son más los adolescentes que viven esta aventura para aprender el idioma.
Un curso de ESO o Bachillerato en un país extranjero puede mejorar exponencialmente la expectativas futuras del adolescente, tanto por el desarrollo del bilingüismo, como por el propio desarrollo personal en otros aspectos de la vida.
Por ejemplo, estudiar ESO o Bachillerato en Canadá, es una de las mejores opciones para aprender inglés, por las particularidades del país, el cual tiene una gran aceptación de extranjeros, y por la forma de vida que tienen allí.
Así que sí, la edad importa, aunque nunca será tarde para vivir la experiencia en el extranjero y aprender el idioma.
Los idiomas en el mundo laboral, cada vez más importantes
Antes hemos mencionado brevemente la importancia de este tipo de experiencias para el futuro laboral.
Y es que cada vez es más importante conocer idiomas para optar a puestos de trabajo más importantes.
Para este aspecto hablamos con Álvaro San Martín, abogado de Bufete Casadeley, y especialista en derecho laboral.
Nos comenta que las estructuras de las empresas cada vez se basan más en un modelo globalizado y descentralizado, con empresas divididas en diferentes sedes y donde se antoja fundamental dominar varios idiomas para poder tener movilidad entre sedes o para dirigir empresas con este modelo.
De hecho, el propio Álvaro ha vivido la experiencia de estudiar en el extranjero, con diferentes experiencias tanto como estudiante como investigador en universidades como las de Harvard, Oxford o Washington. Son experiencias que sirven para mejorar las herramientas de cara al mercado laboral, te mejoran en todos los sentidos.
Conclusión, con la evolución del mercado laboral, es muy imponte aprender idiomas, y para ello, sin duda, lo mejor es vivir una experiencia de inmersión total en un país extranjero, donde desarrollemos de forma más natural y eficaz nuestras dotes en otros idiomas diferentes al nativo.