La condropatía, o condromalacia rotuliana, es un problema de salud bastante común en personas físicamente activas que realizan con frecuencia actividades de alto impacto como correr, saltar o levantar pesas. También se manifiesta en aquellas personas con desalineaciones en la rodilla y problemas de sobrepeso.
Puede ser una dolencia frustrante y limitante, pero es posible tratar y prevenir la condropatía por medio de la fisioterapia, incorporando una rutina de ejercicios específicos y algunos cambios en la dieta. A continuación, explicaremos más detalles sobre el tratamiento de la condropatía rotuliana con la ayuda de un fisioterapeuta.
Contenidos
¿Qué es la condromalacia rotuliana?
Se trata de una afección de la rodilla que ocurre cuando el cartílago debajo de la rótula se desgasta o daña como resultado de un exceso de fricción entre dos superficies óseas (fémur y rótula). Por lo general, suele tener causas diversas, aunque la más habitual sería la falta de tono muscular en el músculo cuádriceps.
De hecho, el sedentarismo y la falta de tonicidad muscular son dos de los principales factores de riesgo para este incómodo padecimiento. A esto deberíamos sumar el sobrepeso, un entrenamiento con una técnica inadecuada, un exceso de uso de las rodillas y problemas como el pie pronado o una forma inadecuada de la rótula.
En caso de sufrir dolor de rodilla es importante procurar la atención médica adecuada en lugar de ignorar el problema. Una clínica de fisioterapia en Barcelona, o en cualquier otra ciudad, puede convertirse en una excelente alternativa ya que estos profesionales son especialistas en tratar el Síndrome de Dolor Femoropatelar Anterior, término clínico real de esta dolencia.
Importancia de tratar oportunamente la condromalacia rotuliana con fisioterapia
El tratamiento de la condromalacia rotuliana a través de la fisioterapia resulta relativamente sencillo. En líneas generales, el tratamiento se orienta a calmar el dolor y reducir la sintomatología, buscando evitar el sedentarismo y que el paciente pueda realizar cambios en sus actividades diarias, de modo que favorezca el proceso de recuperación.
Por supuesto, el protocolo varía en función al grado de la lesión. Por ejemplo, en caso de inflamación y dolor excesivo, se realizan movilizaciones pasivas y activas-asistidas, las cuales buscan dar movilidad a la rodilla, colaborando con la reducción de la inflamación.
Para pacientes con una dolencia más leve o de grado inferior, la fisioterapia se enfocará en trabajar el músculo cuádriceps a través de ejercicios excéntricos mayoritariamente, así como ejercicios de equilibrio muscular y estiramientos.
Durante la fase final del tratamiento de fisioterapia, los esfuerzos se concentran en trabajar la potencia muscular del cuádriceps con el objetivo esencial de recuperar su funcionalidad. De igual manera, se incorporan ejercicios que permitan mejorar la capacidad de contracción y tracción propia de la rótula.
Una vez recuperados de la dolencia, es importante entender que debemos continuar siendo extremadamente cuidadosos respecto a la carga que damos a la rodilla y el tipo de esfuerzo que realizamos. Lo ideal es reincorporarse a la actividad física habitual, evitando provocar dolor y la aparición de nuevas lesiones.