En un mundo perfecto, una vez terminados los cuatro años de estudios en una universidad de odontología, el resto debería ser pan comido. Sin embargo, quienes han abierto una clínica dental saben que las dificultades solo acaban de empezar.
La realidad es que la odontología está algo masificada, forzando a los profesionales del sector a buscar formas de sobresalir entre el resto. Estadísticamente, la gente elige a sus dentistas basándose en una mezcla de distancia de la clínica, comodidad, boca a boca y confianza con el profesional, una vez hayan llegado a la clínica.
De estos factores. el más importante probablemente sea el boca a boca. Esto es debido a que la gente aprecia en gran medida un trato profesional y educado, junto con buenos resultados.
Los precios de los presupuestos serán muy importantes, razón por la cual se debe recibir formación en cierre de pacientes para saber cómo terminar una transacción de la forma más redonda posible.
Sin embargo realmente no lo serán tanto como la capacidad para conseguir que el paciente tenga una buena experiencia. Esto se debe, en gran medida, al aspecto traumático que tiene visitar al dentista para algunas personas.
A continuación hablaremos sobre cómo maximizar el volumen de clientes y de presupuestos cerrados en una clínica dental, haciendo particular hincapié en la formación que requiere este apartado.
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Actitud profesional
La mayoría de dentistas realizan un excelente trabajo médico, debido al largo período de preparación y aprendizaje al que se someten. Es por esto que el objetivo de la formación para clínicas dentales no está enfocado en cambiar las prácticas médicas, sino las prácticas comerciales.
Una buena conducta profesional implica un buen grado de orden a la hora de redactar e imprimir los presupuestos, por poner solo un ejemplo. Acciones como darle una servilleta al paciente durante nuestra exploración o no ser cuidadosos con su comodidad, pueden ser la diferencia entre que hablen bien de los servicios a sus amigos y familiares, o que incluso, decidan por no volver a la consulta.
Es por esto que lo que se debe buscar es darles una experiencia totalmente única a los pacientes, con el objetivo de que sientan un interés genuino por parte de la clínica hacia su bienestar y su salud.
Al igual que con los peluqueros, no se trata solo de llevar a cabo la labor sino de hacerla amena para el cliente, con el fin de que la próxima vez que deba asistir no vea el momento con el mismo tedio y agonía de tener que volver a la consulta.
Los recursos humanos
En el caso de tener una clínica algo más grande que esté pasando por problemas de clientela, lo ideal es recibir alguna formación para clínicas dentales in company, recibiendo una visita personalizada que se pueda adaptar a las necesidades más específicas.
En clínicas de cierto tamaño existe la preocupación constante de que el personal esté llevando a cabo su trabajo de forma óptima, pues no es posible controlar y estar en todas partes a la vez, y se debe ser plenamente conscientes de los negativos efectos que puede tener un trabajo poco eficiente por parte de todos.
Nuestro consejo en este apartado es realizar un esfuerzo por asegurar el bienestar de los trabajadores, pero sin bajar el listón de exigencia en ningún momento.
Para esto, un buen método que parece dar bastantes resultados, es implementar metas alcanzables cada mes, con sus propios incentivos económicos.
Un ejemplo de esto es el sistema de empleados del mes, que recompensa a aquellos trabajadores que más se esfuerzan, a la vez que crea un ambiente de competitividad sana en el puesto de trabajo.
Más allá de esas metas, las condiciones de trabajo tienen que ser buenas. Se debe ofrecer un buen salario a los trabajadores, haciendo particular hincapié en hacer que se sientan cómodos y apreciados dentro de la empresa.
Para lograr esto, cosas como invitarles a un almuerzo el día de su cumpleaños, darles ese mismo día libre o tener una buena actitud hacia ellos, logrará que asistan al trabajo motivados y que den lo mejor de sí mismos.