Una de las labores que requiere mayor cuidado dentro de cualquier industria es la gestión adecuada de los residuos peligrosos. A diferencia de los desechos habituales, estos se caracterizan por ocasionar daños al ecosistema, alterando la vida de ríos, plantas, animales y comunidades de personas cercanas.
Esta es la razón por la que el tratamiento de residuos peligrosos siempre debe estar a cargo de empresas cuya labor de reciclaje esté comprobada y tengan certificación en su manejo. No obstante, desde hace algunos años se ha descubierto un nuevo «mercado oculto» en el que aparecen ciertas compañías cuya credibilidad es cuestionada.
Desde muchas organizaciones se han levantado quejas por este descubrimiento, ya que está en riesgo la vida de la flora y fauna, además de colapso de los residuos peligrosos en las empresas.
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La acumulación de residuos
Según las denuncias obtenidas hasta ahora, la raíz del mercado oculto de la gestión de los residuos peligrosos inicia con la acumulación de los mismos por parte de las empresas recicladoras.
La razón de esto tiene mucho que ver con una cuestión económica: resulta mucho menos costoso realizar el reciclaje una gran cantidad de desechos que de apenas unos cuantos. Si bien esto no es un delito, puede ocasionar ciertos daños.
En un proceso ideal, los residuos peligrosos son eliminados mediante varios métodos que pueden incluir el agregado de sustancias químicas, su incineración en hornos especializados, el tratamiento de biológico o el uso de mecanismos físicos. En cada caso, la gestión se realiza de manera inmediata, debido a la alta peligrosidad de este tipo de desechos.
Incineración sin cuidado
Cuando este tipo de empresas sin certificación poseen grandes cantidades de residuos peligrosos, es común que quieran desaparecerlos de manera inmediata y sin gastar en procesos que exigen dinero y esfuerzo. La solución que encuentran es la incineración sin el empleo de medidas de seguridad.
Muchos de los incendios registrados en plantas recicladoras han sido causado por este mercado oculto. Los trabajadores, sin ningún tipo de experiencia y cuidado, realizan la quema al aire libre, lo cual conlleva a la contaminación del aire y la flora.
Esto también va generando un problema para terceros. Los gases emitidos de los distintos tipos de residuos son causa de enfermedades respiratorias y de la piel. Además, este tipo de incendios puede salirse de control y afectar a comunidades cercanas si no son atendidos a tiempo.
Un negocio sin restricción
Ahora bien, más allá de los efectos contaminantes, ¿dónde está el negocio oculto?
Los trabajos de estas empresas suelen ser pagados por adelantado. Las fábricas entregan sus desechos y a partir de entonces no desean saber cuál es su destino. En pocas palabras, se trata de un negocio sin restricciones.
Cuando los desechos son recibidos y acumulados, ya existió un proceso de pago en el cual la empresa obtuvo una ganancia por una gestión de residuos peligrosos y no peligrosos. Entonces, hacer que estos desaparezcan es solo cuestión de tiempo y métodos alternativos, debido a que nadie admite su responsabilidad en ello.
Este mercado oculto realiza un daño gigantesco al medioambiente. Una forma de contrarrestarlo es eligiendo a compañías que cuenten con certificaciones sobre el tratamiento adecuado en cuanto a la gestión de residuos peligrosos. Estas son entregadas por organismos del Estado que se encargan de verificar si se cumplen las normas sanitarias, y si se utilizan los métodos menos contaminantes.
De esta manera, se podrá estar seguro que todas estas sustancias podrán ser eliminadas sin llegar a causar problemas al entorno y, con ello, habrá un desarrollo sustentable.