Las piscinas son el lugar de esparcimiento preferido por millones de personas con la llegada del verano, especialmente por los más pequeños. Sin embargo, el agua de las piscinas es condicionante para la producción de una enfermedad denominada otitis externa, que además de ser muy dolorosa, resulta difícil de tratar.
Para reducir el riesgo de contraer otitis externa es bueno utilizar tapones de baño que impidan que el agua ingrese y se acumule en el canal auditivo de forma que no se reproduzcan los microorganismos. En necesario recordar que las piscinas son tanques que la mayor parte del tiempo están contaminados, aunque se les agreguen productos desinfectantes.
Conversamos con Pilar Martínez de BienestarAudio, quien nos ha informado sobre los problemas de salud que generan las piscinas en los oídos. Desde su experiencia y con soporte en varios estudios, la otitis externa aumenta entre 80% y 85% durante el verano, afectando principalmente a niños, ya que estos son los que pasan mayor cantidad de tiempo disfrutando en el agua.
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¿Cuáles son las causas de la otitis externa?
La principal causa de otitis es el agua que permanece retenida en el canal auditivo tras nadar o tomar una ducha. Esto se debe a que el oído es especialmente sensible a los químicos que son introducidos en el agua de las piscinas para su desinfección. La acumulación de agua contaminada permite que los microorganismos proliferen, dando paso a infecciones.
Claves para la prevención de otitis externa
En primer lugar, es importante proteger el canal auditivo del ingreso de agua contaminada por microorganismos y químicos, lo cual se logra con el uso de tapones para nadar, los cuales pueden fabricarse completamente a medida. Si quieres conocer un poco más sobre los tapones de baño, puedes consultar el siguiente artículo con toda la información sobre los tipos de tapones oídos.
Los tapones de baño son recomendables para la práctica de deportes acuáticos como la natación. Estos se encargan de bloquear el canal auditivo, aislándolo por completo del agua de las piscinas y, de esta forma, protegiendo a las personas con perforación de la membrana timpánica o con drenajes y evitando el desarrollo de otitis externa.
Otra medida preventiva importante es mantener bajo control el nivel de cerumen acumulado antes darse un baño en la piscina. Evita la práctica de introducir objetos en el canal auditivo, como los bastoncillos para los oídos, pues un uso inadecuado del mismo puede ocasionar problemas tan graves como la ruptura de los tímpanos.
Al salir del agua, seca bien los oídos con una toalla limpia. Si tienes la sensación de agua en el interior del oído, utiliza un secador de cabello a baja intensidad y a una distancia prudente, lo cual hará que el agua desaparezca con mayor rapidez. Siguiendo estas recomendaciones básicas es posible reducir la incidencia de la otitis y disfrutar del verano con mayor tranquilidad.