El desarrollo de la primera visita al urólogo dependerá del motivo por el cual hemos sido derivados a este especialista. Un urólogo es el médico que se especializa en el cuidado del aparato reproductor masculino y todo lo relacionado con el sistema urinario. Muchos hombres sienten cierto reparo de acudir a este especialista y suelen posponer la revisión urológica lo máximo posible.
Sin embargo, tal como ocurre con las mujeres, los hombres deberían acudir periódicamente a una revisión urológica cuando presentan problemas vesicales, molestias de próstata, litiasis renal, infecciones de orina o cualquier problema que se relaciones directamente con el aparato urinario y la sexualidad masculina.
Esto es especialmente importante para los hombres que tienen más de 50 años de edad, siendo la única forma posible de diagnosticar a tiempo el cáncer de próstata y realizar el tratamiento correspondiente. Accediendo a la página https://urologosquiron.com/ tienes la posibilidad de reservar una cita con uno de los mejores equipos de especialistas en urología.
¿Cómo se desarrolla la primera visita al urólogo?
Dependiendo de la razón que ha originado la visita, la consulta se desarrollará de diferente forma. En líneas generales, podemos describir el procedimiento de la siguiente forma: anamnesis (recolección de datos para la historia clínica), exploración física, entrevista para conocer detalles sobre la salud del paciente y solicitud de pruebas complementarias en caso de ser necesario.
Durante la anamnesis, se deja en claro el motivo de la visita del paciente al urólogo, listando información básica como edad, antecedentes médicos importantes, alergias, hábitos alimenticios, consumo de sustancias como tabaco y alcohol, tratamientos médicos y antecedentes urológicos como infecciones urinarias, incontinencia, sangre en la orina, nicturia y otros detalles importantes.
Mientras se establece la historia clínica, se produce a la par una entrevista en la cual el especialista busca descubrir datos relevantes para tener un panorama completo en cuanto a la evaluación final. Se realizan preguntas relacionadas con antecedentes familiares de problemas urológicos como cáncer de próstata, incontinencia, disfunción eréctil o infecciones urinarias.
El siguiente paso será la exploración física. Durante este proceso el especialista realizará una búsqueda que intenta dar con síntomas de alguna afectación renal (fiebre, infecciones urinarias, edemas, etc). Se revisa abdomen, periné, escroto y testículos, además de realizarse un tacto rectal que permite valorar el tamaño de la próstata.
De ser necesario, el especialista indicará si procede realizar pruebas complementarias, como un análisis de sedimento de orina, en las que se evalúa el pH, microhematuria, leucocitos y bacterias. También son adecuadas pruebas de bioquímica para conocer algunos indicadores que permiten evaluar las funciones renales como Creatinina y PSA. Una ecografía también es frecuente.
Finalmente, con los resultados de los exámenes complementarios, el urólogo tiene la capacidad de ofrecer opciones de tratamiento en caso de ser necesario. Algunas veces solo se trata de cambios en hábitos alimenticios y de higiene, mientras que en otras ocasiones, se refiere a tratamiento farmacológico e, incluso, pudiera ser necesaria la programación de un procedimiento quirúrgico.