El cáncer de piel es uno de los tipos de cáncer más comunes en todo el mundo, cuya incidencia se viene incrementando durante las últimas décadas. Aunque existen diversos tipos de cáncer que afectan a la piel, el más grave y con potencial de letalidad, es el conocido como melanoma.
Considerando lo anterior, surge la necesidad de informar y advertir sobre la importancia de conocer los síntomas del melanoma. Así mismo, corresponde tomar medidas preventivas adecuadas, que garanticen poder descubrir el padecimiento en etapas tempranas, cuando existe mayor probabilidad de supervivencia.
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¿Qué es un melanoma?
El melanoma se refiere a un tipo de cáncer originado en las células llamadas melanocitos. Los melanocitos son un tipo de células cuya principal función es la producción de pigmento (melanina) que da color a la piel, el cabello y los ojos, además de funcionar como defensa natural contra los rayos ultravioleta (UV).
Un melanoma se desarrolla cuando estos melanocitos comienzan a crecer y dividirse de manera descontrolada, es decir, cuando se convierten en cancerígenos. Se conoce por su capacidad de propagarse rápidamente a diversas partes del cuerpo, utilizando el sistema linfático, característica que lo convierte en un auténtico peligro para la salud.
No obstante, si se detecta en una etapa temprana se puede curar con alta tasa de éxito. De lo contrario, cuando no se diagnostica y se trata en el tiempo correcto, el melanoma puede diseminarse a otros órganos e incrementar su agresividad, haciendo que su tratamiento sea más desafiante y su letalidad incremente.
Tipos de melanomas
Puede desarrollarse en cualquier parte de la superficie cutánea, frecuentemente en áreas de la espalda, cabeza y cuello. No obstante, también puede presentarse en las uñas, las mucosas y en la planta de los pies.
Se reconocen los siguientes tipos de melanomas:
- Lentigo maligno.
- Lentiginoso acral.
- Nodular.
- Desmoplásico.
- Ocular.
- De mucosas.
El diagnóstico de un melanoma se realiza de diversas formas, incluyendo la exploración física, biopsia del ganglio linfático, radiografía de tórax, TC (tomografía computarizada), imágenes por resonancia magnética (RM) y análisis de sangre.
Causas
Cuando los melanocitos desarrollan daños del ADN, comienzan a crecer sin control, formando un tumor de células cancerosas. Existen factores que pueden incrementar el riesgo de padecer un melanoma, incluyendo:
- Exposición excesiva a la radiación UV.
- Piel clara.
- Antecedentes de quemaduras por el sol.
- Tener muchos lunares (más de 50).
- Antecedentes familiares de melanomas.
- Sistema inmune débil o suprimido.
Prevención
La exposición al sol sin protección y la falta de conciencia sobre la importancia de revisar regularmente la piel son factores que contribuyen al desarrollo del melanoma. Esto implica la necesidad de prevenir su aparición, siguiendo estas recomendaciones:
- Evitar las actividades al aire libre que ameriten la exposición al sol del mediodía.
- Utilizar protector solar los 365 días del año, al menos de factor 30. Esto incluye días nublados.
- Evitar el uso de cámaras de bronceado y camas solares.
- Conoce y explora tu piel con frecuencia, así podrás reconocer cualquier cambio en cuanto a coloración, pecas, protuberancias y manchas inusuales.