La sangre es un tejido líquido y vivo que recorre todo nuestro organismo a través de los vasos sanguíneos, transportando las células y todos los nutrientes indispensables para que cada órgano tenga la capacidad de desarrollar sus funciones vitales como los intercambios gaseosos, la defensa contra infecciones y la distribución de nutrientes.
Se divide en dos partes, una líquida llamada plasma, compuesta por agua, sales y proteínas. La otra parte es sólida y contiene las plaquetas, los glóbulos rojos y blancos. Un adulto, dependiendo de sus constitución física, sexo, altura y peso, tendrá un promedio de 4,6 a 6 litros de sangre circulando constantemente en su cuerpo.
La ‘fábrica’ encargada de crear la sangre y la producción de células varía según diferentes condiciones de salud, cambiando ante la presencia de enfermedades. Existen diversas ocasiones en las que la médula ósea presenta fallos de funcionamiento y trastornos de la sangre que afectan o impiden que esta consiga hacer su trabajo correctamente.
Enfermedades de la sangre
Muchas de las enfermedades o trastornos de la sangre tienen un origen genético, pero las alteraciones en el funcionamiento normal de la sangre también incluyen diversas enfermedades y efectos secundarios de medicamentos, así como la falta de determinados nutrientes en el patrón alimentario.
Algunos de los trastornos sanguíneos más comunes, surgen a partir de enfermedades de tipo inmunitario como el cáncer, cuyo cuadro clínico general puede tener consecuencias nefastas y conducir a la muerte. Parte del tratamiento de esta enfermedad involucra la realización de una hematología, un análisis de sangre que estudia los niveles de elementos inmunológicos en sangre.
Algunas de las enfermedades más comunes que han sido estudiadas por la ciencia médica son las siguientes:
- Anemia. Se trata de una afección que puede ser temporal o prolongada, caracterizada por la falta de glóbulos rojos saludables, lo suficiente para transportar el nivel correcto de oxígeno a los tejidos del cuerpo. Existen diversos tipos de anemia asociados a diferentes causas, entre ellas la deficiencia de hierro o vitaminas.
- Hemofilia. Como ya mencionamos, algunas enfermedades de la sangre se producen como efecto secundario de algún medicamento. Sin embargo, otros trastornos de la sangre como la hemofilia, donde la sangre no coagula por falta de suficientes proteínas coagulantes, se producen a partir de una predisposición genética hereditaria.
- Problemas plaquetarios. Del mismo modo, existen diversos problemas relacionados con la coagulación de la sangre, como la trombofilia, referente a la coagulación excesiva, también por factor hereditario y que tiene la capacidad de provocar hinchazón en los brazos y las piernas.
- Cánceres sanguíneos. Existen tipos específicos de cáncer que atacan directamente a la sangre, como la leucemia y el mieloma, los cuales afectan la médula ósea y todo el sistema linfático.
- Desórdenes eosinofílicos. Los cuales son poco frecuentes, asociados a una variedad de trastornos y relacionados con un tipo específico de glóbulo blanco, denominados eosinófilos, encargados de combatir las infecciones parásitas, destruyendo sustancias extrañas cuando estas son detectadas por el sistema inmunitario.