La seda es un tejido muy valorado desde siempre en el mundo de la moda. A la sensación agradable de la seda acariciando la piel cuando entra en contacto con ella, se suma esa capacidad de reflejar los rayos del sol y su aspecto vaporoso cuando entra en movimiento.
Lucir vestidos y prendas de seda siempre ha sido considerado como una experiencia de lujo, al igual que tener ropa de cama elaborada a partir de este material. En el mundo de la moda, la seda es una tendencia constante.
Todas estas virtudes se resumen en sus diferentes propiedades, que repasamos a continuación. Nos centraremos en su capacidad hipoalergénica, pero también habrá espacio para sus características físicas y químicas.
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Tejidos de seda, garantía de no sufrir alergias
Un material es hipoalergénico cuando produce una reacción alérgica muy reducida o nula y justo esa es una de las propiedades más cotizadas de la seda, de ahí que sea muy recomendable para personas que sufren este problema de salud y tienden a padecer afecciones en la piel.
Si hablamos en concreto de la ropa de cama, las sábanas de seda mantienen a los ácaros del polvo alejados de estos textiles. Debemos tener en cuenta que los ácaros son insectos microscópicos que habitan en espacios con piel y cabello muertos.
La ropa de cama es un hábitat ideal para estos insectos, así como el resto de textiles de la vivienda. En este sentido, es importante mantener las prendas y todos los tejidos aireados y limpios, cuidar que la humedad ambiental esté por debajo del 50% y reducir en la medida de lo posible la presencia de alfombras y moquetas en casa.
La capacidad anti-bacteriana y antiácaros de este material lo convierte en perfecto para personas que sufren alergias a tejidos sintéticos. Una proteína de la seda, la sericina, es la encargada de repeler las plagas que producen alergias.
Asimismo, la seda es también un tejido muy demandado por personas que sufren dermatitis alérgica de contacto, la que producen los textiles elaborados a partir de fibras cortas y gruesas, como el algodón y la lana. Las fibras de la seda, que son largas y lisas, no abrasan la piel ni se comportan como un papel de lija en contacto con el cuerpo.
Los textiles y prendas elaboradas a partir de seda van mucho más allá que la ropa de cama. En el mundo de la moda son habituales las blusas, los vestidos, la ropa interior y los pañuelos de seda. Todos ellos están revestidos de un aura de elegancia y distinción muy diferente a otros materiales, pero lo que realmente se aprecia de ellos es la comodidad que aportan en la piel de quien los viste.
En hombres, las prendas más comunes de seda son las camisas y las corbatas, aunque también la lencería. La ropa de mujer, que siempre ha tenido más variación y más posibilidades de combinaciones, tiene en vestidos, blusas y lencería de seda sus prendas más comunes.
¿Cuáles son las características físicas de la seda?
La seda tiene una textura y suave, pero no resbaladiza. Esto lo diferencia de las fibras sintéticas, porque reúne una combinación única de propiedades que no posee ninguna otra fibra: tacto seco, buena absorción de la humedad, brillo natural, alta resistencia y buenas calidades de caída.
Con respecto a las propiedades físicas, la seda es una de las fibras naturales más fuertes, pero pierde hasta el 20% de su fuerza cuando está húmeda. En cuanto a su elasticidad, si se estira más allá de un límite de fuerza, tarda un tiempo en recuperar su forma previa.
Es un tejido sensible a la luz natural y se debilita si se expone durante mucho tiempo al sol. Cuando está sucia, se vuelve muy vulnerable al ataque de insectos, especialmente polillas. En contacto con la piel, la seda produce sensación de calor y su caída es mejor que la de otras fibras.
Tipos de tejidos de seda
Este material puede dar lugar a diferentes tejidos, que se distinguen según el modo de tejerlos. El tafetán, el terciopelo, el crepé o el raso son solo algunos de ellos. Las particularidades de cada uno de ellos los hace más o menos apropiados para determinados usos.
El tafetán es una seda delgada y tupida que tiene como rasgo principal el crujido de su tela al manipularla. El terciopelo, que es más conocido que el tafetán, se caracteriza por estar cubierto de pelo corto y tupido en perpendicular a la superficie.
En el caso del raso, sus telas tienen una textura más densa que otras sedas, pero ofrece una superficie lisa, compacta y suave, además de una gran resistencia. Finalmente el crepé destaca por su carácter compacto y su resistencia.
La seda, por sus funcionalidad y su carácter elegante y distinguido, es uno de los materiales con mayor presencia en el mundo de la moda. Ya no solo es un producto para la alta burguesía, sino un material muy beneficioso para la salud al alcance de muchos bolsillos.