Cuando una relación de pareja termina, el proceso puede ser vivido como un duelo por la pérdida de esa persona que nos hacía sentir felices, acompañados y seguros.
En una ruptura se pierden sueños y metas en común, por lo que recuperarse puede ser un proceso largo y complicado si no se tienen las herramientas necesaria para salir fortalecido. Al igual que en un duelo, es importante vivir y completar cada etapa sin apresurarte a sacar conclusiones.
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Empieza por pasos pequeños
Lo primero es aceptar que estar bien no es algo que vaya a pasar de la noche a la mañana. Es necesario cerrar ciclos, separar bienes, afrontar mudanzas y cambios de rutina que van a ser incómodos, pero absolutamente necesarios para seguir adelante. Cuando dos personas deciden separar sus caminos, esta separación debe ser física y espiritual, de otra manera no podrán sanar completamente. Esto no siempre implica que una expareja no pueda mantener una amistad, pero es mejor no apresurar las cosas: lo más importante para afrontar una ruptura es la paciencia.
Es necesario cuestionar esos pensamientos dolorosos para comprobar si son verdaderos y cuál es su origen. ¿Es por creer que no es posible ser feliz estando solo? ¿Es porque hay dolor por un engaño? ¿Es porque hay culpa por haber causado dolor? Cuestionar los sentimientos que aparecen ante una situación arroja luz sobre las lecciones que se pueden aprender de una situación como esta.
Permítete estar triste
No es lo más cómodo del mundo, pero es necesario vivir el duelo para poder superarlo. Es normal que te invada un sentimiento general de tristeza, pero debes saber que pasará y no dejar arrastrar demasiado por ella. El llanto es válido, buscar ayuda profesional también; prueba todo lo que sientas que puede contribuir a drenar todos los sentimientos negativos, incluida la nostalgia. La tristeza también es un motor potente para la creatividad: puedes aprovechar para dejar registro de tu experiencia y empezar a transformarla en algo mejor.
Crea tu propio bienestar
Atravesar una ruptura pone las cosas en perspectiva con respecto a lo que debemos ser capaces de proveernos a nosotros mismos. La seguridad de estar con alguien es disfrutable, pero nuestro autoestima y seguridad personal no pueden depender de un tercero. Si hay algo positivo de las rupturas es que te hacen más fuertes y a pesar del dolor que se puede sufrir, estar bien es una decisión personal. Los primeros meses pueden ser complicados, pero es importante recordar que tenemos mucho amor a nuestro alrededor y agradecer por las cosas pequeñas y cotidianas como un desayuno en familia.
Tus amigos son un apoyo fundamental en esta etapa, pero también es positivo que vayas atreviéndote poco a poco a viajar, generar nuevos recuerdos, explorar nueva música o pasatiempos e incluso dejar entrar personas nuevas a tu vida que aporten cosas positivas. Haz nuevos contactos en Zaragoza, Madrid o Barcelona usando internet, prueba con aplicaciones para relacionarte y amplía tu círculo social. Volver al ruedo puede costar un poco, pero es señal de que tu recuperación va por buen camino.
No albergues malos sentimientos
La primera y más natural reacción ante una ruptura sentimental es odiar a la otra persona por el dolor que nos está causando. Sin embargo, pensar que él o ella son lo peor del mundo o desearle el mal solo nos hace daño a nosotros: el odio solo genera consecuencias en quien lo sufre y no deja nada bueno para ninguna de las partes.
Piensa en ti
La etapa final de la recuperación consiste en pensar en ti, en lo que quieres para tu vida, en cómo te quieres sentir a nivel personal y en lo que quieres o no de tu siguiente relación. Para las personas que acaban de salir de una dinámica tóxica, este tiempo es importante para reflexionar sobre cómo construir relaciones saludables no solo con futuras parejas sino con su entorno en general. Cuando el dolor ha pasado, las rupturas se recuerdan como grandes lecciones necesarias para nuestra madurez emocional.