Respecto a la formación de los planetas y el origen de nuestro Sistema Solar, cuyas estimaciones indican que data de hace unos 4.600 millones de años, existen diferentes teorías que buscan ofrecer una explicación plausible basada en las leyes de la física. La realidad es que se trata de uno de los más grandes enigmas, pero la Teoría nebular parece tener respuestas apropiadas.
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¿Qué es la teoría nebular?
Según el sitio web Ingeniería, la teoría nebular afirmaría que tanto el Sol como el resto de los planetas que forman parte de nuestro Sistema Solar se formaron a partir de una nube de polvo estelar. Esta teoría fue presentada inicialmente por René Descartes en 1644, seguido por Emanuel Swedenborg en el año 1721.
Ambos compartían la teoría de que el Sistema Solar fue creado a partir de una gran nebulosa primitiva que se contrajo y enfrió debido al efecto de las fuerzas gravitacionales. En el centro se concentraría la mayor parte de la materia, dando como resultado la creación del Sol y posteriormente el resto de planetas y satélites.
El gran problema de esta teoría es que no toma en consideración el momento angular. Un siglo más tarde, Inmanuel Kant y Pierre–Simón de Laplace serían otros personajes que arroparon esta teoría, en un intento analítico por responder las singularidades y curiosas coincidencias que giran en torno a la creación de los planetas de nuestro Sistema Solar.
Desde entonces, son muchas las hipótesis sobre el origen de los planetas que intentan refutar la teoría nebular o reemplazarla. Sin embargo, todavía no existe otra teoría que tenga argumentos más plausibles y, en lugar de reemplazar la teoría nebular, se avanza en la ampliación de los conocimientos en un intento por comprobar la hipótesis de la gran nebulosa.
Otras teorías complementarias sobre la creación del Sistema Solar
En el año 1910, Emil Belot, quien fuera vicepresidente de la Société Astronomique de France (SAF), formuló una teoría nebular en la que especulaba sobre el comportamiento de la nebulosa primitiva. Según su versión de la teoría, dos movimientos serían los responsables de la formación de los planetas. Estos movimientos aún se encuentran presentes: Rotación y Traslación.
También existen teorías modernas como la desarrollada por Lyman Spitzer, en la cual se afirma que la nebulosa primitiva se vio sujeta a la presión ejercida por la radiación de estrellas vecinas, ocasionando la agrupación de la materia en determinadas regiones, lo cual sería el desencadenante del mecanismo de acreción (impulso de giro convertido en movimiento orbital).
Este planteamiento surge tras años de observación de las estrellas jóvenes, las cuales están rodeadas de discos de polvo con alta densidad. Todas las teorías nebulares implican que antes de la existencia del sistema solar, una estrella en el final de su vida se convirtió en supernova y durante miles de años estuvo liberando material estelar al espacio.
Finalmente, la alta concentración de materia induciría al colapso de la nebulosa, convirtiéndola en una protoestrella en cuyo núcleo se producen reacciones nucleares que compensan la gravedad, dando como resultado la formación de una estrella fundamental, que en este caso sería nuestro Sol, mientras que la fusión del resto de la materia alrededor daría origen a los planetas.