Si practicas ciclismo con frecuencia, es bastante posible que tras una jornada extensa sobre la bicicleta notes cierto adormecimiento en la zona genital e incluso algunos dolores. Esta clase de molestias se pueden evitar con el uso de un accesorio denominado sillín antiprostático en tu bicicleta, lo cual resolvería uno de los problemas más habituales en ciclistas.
Las mujeres también suelen padecer problemas similares. En el caso de las chicas, la pelvis suele ser un tanto más ancha y esta sería la razón por la que ellas se sienten incómodas en los asientos que han sido diseñados para el cuerpo masculino, pues los huesos de la pelvis (isquiones) no tienen el soporte adecuado para la estructura ósea femenina.
En este caso se vuelve necesario el uso de un sillín para mujer. A continuación, evaluaremos las características del sillín antiprostático y el sillín anatómico femenino, además de contarte algunas de las ventajas más destacadas que se puede obtener de su uso constante durante la práctica del ciclismo.
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¿Qué es un sillín antiprostático y un sillín anatómico femenino?
Se trata de un sillín para instalar en la bicicleta con el objetivo de practicar el ciclismo de la forma más cómoda posible. El sillín antiprostático tiene como característica principal una hendidura en la zona central, con lo cual se evita que el hombre apoye la zona del perineo al andar en bicicleta. Así, el peso no recae sobre el perineo y no se produce presión ni molestias en la zona.
En el caso de las mujeres, los sillines son diseñados pensando en la anatomía femenina. Son un poco más anchos, por lo que tienen la posibilidad de apoyarse mejor y liberar presión sobre la zona genital, evitando la aparición de dolencias en la zona. A pesar de que siempre se sentirá cierta presión sobre la zona perianal, las molestias se reducen de forma considerable.
Ventajas de utilizar un sillín antiprostático y un sillín anatómico femenino
Se considera esencial la selección de un sillín adecuado al peso y contextura del atleta, siendo esto uno de los asuntos necesarios para evitar lesiones. Adicionalmente, escoger un sillín antiprostático o un sillín anatómico femenino supone el siguiente conjunto de ventajas:
- Evita que todo el peso recaiga sobre la zona pélvica y, en su lugar, el deportista se apoya sobre sus isquiotibiales.
- Se libera la presión excesiva sobre la zona perianal, mejorando la circulación sanguínea en la zona, lo cual resulta fundamental para la salud de los órganos alojados en esta área del cuerpo.
- Disminuye el adormecimiento genital, común tras largas horas sobre la bicicleta.
- Ayuda a mantener una mejor posición durante los entrenamientos.
- Reduce la posibilidad de padecer prostatitis y otros problemas relacionados con el ciclismo.
- Ofrece un nivel de comodidad superior al que se puede obtener con el uso de sillines convencionales.
- Garantiza la posibilidad de realizar rutas más largas con menores incomodidades, incluso al permanecer varias horas sobre la bicicleta.